DIOS ES MAS GRANDE QUE TU PROBLEMA

 

Algunos años atrás, un día como hoy, llegué a un edificio al norte de la ciudad a visitar a un neurólogo, todo se veía tranquilo ya que solo estaba allí para que pudieran leerme el resultado de algunos exámenes y listo, eso era todo, me iba. Pero cuando salimos, el rostro de mi mami cambió súbitamente y yo aún no entendía la magnitud de la declaración de aquel médico. Él me había diagnosticado epilepsia y me dio una probabilidad de vida hasta los 23 años. Recuerdo que siempre debía tener conmigo un canguro donde guardaba las pastillas que debía tomarme, las cuales me permitían estar estable, pero no podía prevenir que me desmayara en cualquier momento, recuerdo que perdí la conciencia tres veces y dos de ellas me encontraba sola.

Tiempo después mi papi comenzó a asistir a la Misión Carismática, en ese tiempo las reuniones eran en el Coliseo El Campin, ¡¡¡¡Wow!!!  era tremendo y a pesar de que no podía estar dentro de tanto ruido, asistía a cantar y bailar. Un día hice una oración en el último escalón, fue sencilla, le dije al Señor “Dios, sana a mi familia, quiero sentirte, abrázame”. No les diré que la respuesta llegó al instante, pero como dice Habacuc 1:5 “solo porque no estás viendo que ocurra algo, no significa que Dios no esté actuando”.

Dios estaba trabajando en mi familia y en mí, Dios me estaba llevando sin darme cuenta a dar un paso de fe. Un día, escuché al Pastor Cesar hablar de sanidad y del poder de la sangre, al día siguiente le dije a mi mami: “no me voy a volver a tomar las pastillas”, ella me miró y me pregunto “¿Por qué?” Y le dije “Dios me sanó y no tengo necesidad de tomarlas más, si me tomo las pastillas no estaría creyendo en lo que él hizo”. Mi fe era tan inocente, tan desinteresada… puedo decirles que no vi lo grande que era el problema.  Luego de unos meses debía realizarme algunos exámenes que se habían vuelto de rutina, parecía un ratón de laboratorio, eran exámenes por todo y la sorpresa es que no salía nada de epilepsia, Dios me había sanado, por un lado, los médicos decían que las pastas ayudaron a controlar la enfermedad, pero yo sabía que había sido Dios, “El más grande”.

 Hoy en día tengo 28 años, pude vivir más tiempo, viajar, casarme, estudiar, ¡volver a soñar! Y mi familia está en los caminos de Dios. El Señor tiene el control de mi vida y día a día me va sanando, aún lo sigue haciendo en cosas que pasaron hace mucho. Dios ha traído revelación de situaciones en las que permití el temor, inseguridad o abrí puertas (cuando sentía esa sensación de desmayo) que me afectaron en otras situaciones, pero todos los días Dios trabaja en mí y trae liberación, jamás me ha dejado sola.

Muchas veces vemos más grande el problema, el temor nos paraliza, pero sería genial tener esa inocencia de niños y ver los problemas como un grano de arena y ver a Dios como el gigante que te cuida. ¿Cuán grande es tu dificultad? Tú determinas en que dimensión la ves, pero Jesús te dice en Juan 16:33 “Yo les dije esto para que encuentren paz en mí. En el mundo ustedes tendrán que sufrir, pero ¡sean valientes! Yo he vencido al mundo”. Dios estará contigo, te ayudará en ese camino como dice Salmos 18:2 “El señor es mi roca, mi fortaleza y mi libertador. Dios es mi refugio, él me protege; es mi escudo, me salva con su poder, él es mi escondite más alto”.

Dios trabaja poco a poco, porque tiene una vida nueva para ti.

Con amor, Laura Espinoza.



Comentarios

  1. Laurita que gran bendición ver el fruto de la bendición en tu vida, nos alegra que toda tu familia le sirva al Señor.

    ResponderBorrar
  2. Ohh !! Que tremendo testimonio laurita Dios definitivamente es maravilloso
    aun que quizás no lo podamos ver, si podemos sentir su amor en todo lo que Él hace por nosotros. Aún que pasen miles de dificultades Dios siempre está allí.

    -Leidy Espitia

    ResponderBorrar
  3. Gloria a Dios, gracias por compartir tu testimonio.

    ResponderBorrar
  4. Uyyy Laurita, no pensé que tuvieras tan grande testimonio. Gracias a Dios por tu vida y por tu familia. 🩸🩸❣️

    ResponderBorrar
  5. Muy bonito testimonio el amor de Dios es tan grande por nosotros la fe y confianza en el es poderosa

    ResponderBorrar
  6. Gracias amiga porque con tu testimonio traes esperanza en este tiempo que es necesario para mi vida.
    -Mariale Rey

    ResponderBorrar
  7. Orlando Bermúdez
    Que bueno Laura que hallas conocido desde temprana edad el Dios que está por encima de todos los problemas, como tu lo dices el problema más grande para nosotros, para Él es como un grano de arena.

    ResponderBorrar
  8. Que gran testimonio Laurita, Dios usa nuestros momentos más oscuros ,para que su nombre sea glorificado y nosotros podamos ser luz para los que no le conocen. Diana Rodríguez 🌷

    ResponderBorrar
  9. Que bien Laurita que prediques con este tremendo testimonio. Creo que las personas necesitan estos ejemplos de fe para perseverar en el camino con Dios.

    ResponderBorrar
  10. Así es! El temor nos paraliza pero Dios es más fuerte 💪🏼 un super testimonio!

    ResponderBorrar
  11. Nos falta muchas veces esa fé inocente, desinteresada. Gracias por compartir tu milagro Laura 😄

    ResponderBorrar
  12. Gracias Laura por tu testimonio, por enseñarnos que si creemos como niños en el Señor, sin darle cabida a la duda, al temor, todo dificultad será derribada por su mano poderosa. Un abrazo grande. Bendiciones

    ResponderBorrar
  13. Que linda esa fe sencilla q mueve montañas. Patricia Benitez

    ResponderBorrar
  14. Laurita leí atenta tu testimonio y creo firme y fielmente que fue así: fue Dios quien te sano porque creíste como cree un niño de manera trasparente, confiado y feliz. Dios bendiga tu familia y ahora tu propio hogar. Te quiero mucho.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

QUIERO TIRAR LA TOALLA, ¿QUÉ HAGO?

NO TE DEJARÉ… NUNCA