Como Priorizar Nuestro Tiempo

 

"Confíen siempre en el Señor, porque él Señor Dios es la Roca eterna" Isaias 26:4

Recuerdo ese paseo, ahí estaba yo, emocionada, manejando mi vehículo, estrenando la licencia de conducción.  Depronto, apareció una pendiente y al intentar subir el carro, se me apagó y comenzó a rodar,  lo encendí nuevamente, pero a pesar de intentarlo varias veces se volvía a apagar.  Los nervios no se hicieron esperar y aunque mis amigos me daban ánimo, yo me sentí muy frustrada al no poder continuar; me bajé del carro y le entregué las llaves a mi esposo, después de un rato pudimos llegar.

Pero aquí no termina todo, pues el carro se sentía forzado y no andaba bien.  Ese día tuvimos que llevarlo a revisión porque el carro no pudo andar más.  Efectivamente, se había fundido la bobina; este repuesto no se conseguía en el pueblo, y en caso de no conseguirlo tocaba llevar el carro en grúa a Bogotá.  Un pequeño detalle: era jueves santo, obviamente todo estaba cerrado y era casi un hecho que tocaba devolvernos a Bogotá.

Esa noche no pude dormir, me sentía culpable de haber dañado el carro, me sentía bruta por no saberlo manejar.  En mi mente solo habían números de cuanto podría costar el arreglo, cuanto podría costar llevar el carro a Bogotá; y también pensaba que por mi culpa había dañado el paseo.  

Al día siguiente (viernes santo) otros amigos que llegarían al lugar donde estábamos, pasaron frente a un local en un pueblo, que justo en ese momento abrieron por error, teniendo coincidencialmente el repuesto que necesitábamos para el carro.  Y como si fuera poco, el mecánico que tenía cerrado su taller, se ofreció a instalar el repuesto y arreglar el carro.  También nos explicó que el daño no había sido por un mal manejo, sino que este repuesto venía desgastado de tiempo atrás.

Con esta experiencia aprendi que nunca debo perder la confianza en Dios, pues aún en el peor momento, cuando todo está oscuro y parece no haber salida,  El siempre está ahí, obrando a nuestro favor.

Pueden venir situaciones que nos hacen sentir culpables y que no nos dejan avanzar y conquistar, pero Dios nos manda: No escuches mas la voz de la culpa y la acusacion, solo escucha mi voz.

Y gracias a Dios por esos amigos que nos alientan, y que son instrumentos que Dios usa para levantar nuestra fe.

Quizás te preguntes: y esto que tiene que ver con priorizar nuestro tiempo ?

Mucho, pues este principio empieza cuando ocupamos nuestra mente con los pensamientos correctos, con la Palabra de Dios.  En lugar de frustrarnos por nuestros errores y echarnos a la pena por lo que no hicimos,  miremos, ya no nuestras debilidades e imposibilidades, sino miremos y usemos nuestras fortalezas y  emprendamos nuevamente nuestro camino.

Con cariño

Carolina Contador