NO TE DEJARÉ… NUNCA

 

 

 

EL ESPIRITU SANTO TE GUIA

 

“Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida”. Gálatas 5:25 NTV 

La mejor decisión que tomamos en nuestras vidas fue el aceptar a Cristo en nuestros corazones, con aquel paso tan importante obtuvimos el gran regalo divino: tener a nuestro lado al consolador, amigo, consejero y guía: El Espíritu Santo. 

Como resultando decidimos vivir guiados por  El Espíritu Santo, ya que Él nos conoce de una manera detallada, especifica y profunda.  Él nos guía aún en las decisiones más pequeñas que debamos tomar pero solo si se lo permitimos. 

Queridos lectores, quiero contarles que hace algunos años atrás,  siendo líder y conocedora de la palabra, no me era fácil, ni sencillo dejar que El Espíritu Santo me guiara en la toma de las decisiones de mi vida, pensaba en mis beneficios, en alimentar mi ego y mi yo, como lo enseña en su palabra “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”  Te estarás preguntando ¿camino de muerte? Si, el no permitir que El Espíritu Santo nos guie y gobierne nuestra vidas, nos lleva a una muerte espiritual, a una muerte financiera,  a una muerte matrimonial, a una muerte familiar, a una muerte profesional y  a una muerte emocional. 

Desafortunadamente, cuando estamos enfrentando las consecuencias de nuestro orgullo y el buscar nuestra independencia en la toma de decisiones, muchas veces culpamos a Dios y nos preguntamos ¿Por qué me está pasando esto? Sin entender que separados de Dios NADA SOMOS!!! Él es Soberano, Santo y Perfecto, Él si tiene el poder para dimensionar todo el panorama y sabe qué es lo mejor para nosotros.

 

Queridos lectores, puedo compartir que hoy soy diferente…. he sido formada en el taller del maestro, con su dulzura y su amor, puedo entender que el  gran propósito es que cada uno de nosotros podamos  brillar y ser esa luz que el mundo tanto necesita. 

Ya no hay la ansiedad ni el temor que  me llevaban a hacer las cosas a mi manera, entiendo con gozo y alegría que sin Él no se vivir y es la mejor guía que podemos tener en este mundo. Ya no escojo yo… ni mi trabajo, cómo educar mis hijos, cómo ser buena esposa, cómo predicar, ni qué decir en las consejerías. Él me guía en cada instante de mi vida y le pido que me haga aún más sensible a su voz. 

Oración: 

“Mi Dulce Espíritu Santo, mi gran amigo, mi  consolador y mi guía, hoy decido entregar  por completo todas las áreas de mi vida, para que tú tomes el control y  me guíes en cada paso y decisión que deba tomar. Sé que eres mi maestro, mi consejero y me enseñaras a glorificar al Padre aquí en la tierra, gracias por ser ese compañero  fiel y amoroso. Te amo mi dulce Espíritu Santo  y mi buen amigo!! 

Con Amor, Diana Rodríguez