NO TE DEJARÉ… NUNCA

 

TU PAZ ES MI DESCANSO

 

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16:33

 

Cada día trae su afán. Muchas veces nos encontramos en situaciones donde no vemos una salida clara y desperdiciamos tiempo pensando en qué pasará el día de mañana. Pero en realidad no entendemos como Dios opera en nosotros y terminamos haciendo las cosas en nuestras fuerzas.

 ¿Soy una persona que piensa mucho en el futuro, en el mañana y suelo preocuparme e intento reiteradamente hacer las cosas en mis fuerzas? ¿Es correcto seguir fortaleciendo este viejo hábito de tantos años? Debemos tomarnos un momento para reflexionar si realmente hemos dejado todos nuestros viejos y malos hábitos, aquellos que nos han acompañado durante gran parte de nuestras vidas. A veces queremos dar una muestra de nuestra inagotable perseverancia demostrando que podemos seguir manteniendo nuestros equivocados hábitos, lo cual es obstinación, pero a veces no somos muy perseverantes en lo importante y lo positivo.

Desde mi juventud me acostumbré a practicar muchos deportes, a correr y hacer senderismo, participé en algunas maratones y realmente disfruté mucho cuando podía hacerlo. Hace algún tiempo me detuve y retomarlo ha sido todo un reto, más aun en este último año, ya que no lograba hacerlo de una manera constante, debo confesar que eso me molestaba y hacía que estuviera de mal humor. Hace poco leíamos un devocional con mi esposa y entendíamos que Dios quiere que descansemos y así prepararnos para las temporadas que vienen. Aunque no sabemos cuáles son y cómo sucederán, siempre pretendemos que todo debe darse como queremos y de la forma que queremos. En mi caso con el deporte esto es solo una simpleza como cualquiera que puede haber en la vida de alguien, pero para mí era un detonante y muchas veces pensamos que las pruebas deben ser gigantescas y titánicas para decir, “WOW! logré superar esta prueba…” pero cada día luchamos pequeñas batallas en nuestro interior ya sea por algo simple o por algo realmente complejo, pero la dependencia de Dios sigue siendo la fórmula para vencer en cada una de ellas.

En mi caso particular, algunos días hacía planes y me proponía madrugar y salir a correr en las mañanas pero por alguna razón no lo podía hacer y pensaba “otro día más sin hacerlo” Entonces he notado que Dios nos está llevando a tener prioridades durante el descanso, a conectarnos más con Él y conocerlo de una manera diferente. A veces dejamos de lado las cosas que a Dios le importan por las que nos importan a nosotros. Realmente nosotros no dominamos nuestros días, solo Dios los domina, Él es el Rey de nuestra vida y quiere llamar nuestra atención y el descanso es una forma de responder a ese llamado, para meditar en su presencia y aunque no escuchemos una respuesta inmediata sabremos que él está obrando.

Comencé a meditar y me di cuenta de que debo tener prioridades y disciplina para alcanzar los objetivos y darle tiempo a cada actividad, pero más importante aún llevar a Dios al primer lugar. En medio del descanso él está preparando nuestro carácter, renovando nuestra fe, nuestras fuerzas, nuestro amor, la relación con nuestras familias, nuestros sueños, nuestro propio cuerpo. Permite que el descansar en Dios traiga la verdadera paz que llene tu vida. 

DISFRUTEMOS CADA DÍA DESCANSANDO EN DIOS Y CONFIEMOS EN SU PAZ Y CONTROL. 

Con Cariño, Andres y Laura Bernal.