NO HAY CONDENACIÓN

 

NI YO TE CONDENO!

"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" Romanos 8:1

Dios es bueno y Él no condena nuestra mala conducta si nos arrepentimos de corazón, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y levantarnos de dónde hemos caído.

El 11 de julio hospitalizaron a mi hijo,  lo llevamos a urgencias por una crisis asmática y estando allí el se contagió con una bacteria y un virus llamado Adenovirus, ya no podía respirar por si solo, por esta razón lo tuvieron que ingresar a la UCI. Al ver el estado de salud de mi hijo, empezamos a tener un tiempo de intercesión todos los días a las 5am junto a mis líderes y grupo ministerial, nunca dejamos de orar por el niño, y como a Daniel, la respuesta nos llegó a los 21 días.

Por fin salió de UCI, fue un mes completo que estuvo hospitalizado, pienso que Dani fue la excusa qué Dios usó para que nos levantáramos a esa hora a buscar un milagro,  también pudimos conocer y ver la necesidad de los demás para interceder unos por otros. Hasta el día de hoy no lo hemos dejado de hacer.

Una mañana me levanté cansada y cuando terminamos de orar volví a recostarme, en ese ratico tuve un sueño en el que me veía en la iglesia y de repente toqué una pared y vi como se desplomaba de lado. El pastor Alfredo Mora estaba predicando y le grité "Pastor, ayúdame la pared se cae", él corrió con las personas que estaban al rededor y con la ayuda de ellos la pudimos sostener y estabilizarla. Había mucha gente moviéndose de un lado a otro, de repente me vi en la parte alta de un mezanine lleno de personas que se movían de un lado a otro, me acerqué a la baranda y empecé a ver muchas ovejas, volteé a decirle a las personas que miraran esas ovejas tan hermosas y no había nadie, cuando devolví mi mirada a las ovejas, empezaron a desaparecer una por una y en mi angustia por no dejar que se fueran, bajé las escaleras y crucé el pasillo de aquel auditorio y ya no estaba lleno, se encontraba con muy pocas personas, al lado de la tarima vi un joven recostado en el piso sin camisa, como una persona de la calle, él me miró con ojos de angustia y pensé: ¿Por qué está así, yo lo había visto bien en la iglesia? Entonces desperté y pude ver qué mi respiración estaba agitada, estaba asustada, y con intriga de qué era lo que el Señor me quería mostrar.

En medio de nuestras intercesiones y oraciones con mi esposo pudimos ver qué nuestro estado espiritual no era el mejor, que nuestra relación con Dios no estaba bien a pesar de estar dentro de la iglesia, nuestra fe estaba cayéndose como las paredes del sueño y que necesitamos el apoyo de personas de autoridad que nos ayuden  a levantar como lo hizo el pastor y aquellas personas en mi sueño.

También pudimos entender que si nuestra vida no está fundamentada en la fe, va ser muy fácil que cualquier problema o dificultad nos saque del propósito de DIOS, debemos tomar nuestro lugar como HIJAS E HIJOS DE DIOS y no permitir que el enemigo traiga pensamientos de desánimo y condenación, entender lo grandioso que es el Señor como lo dice Romanos 8:1

 "No hay condenación para los que están en Cristo Jesús"

Jesús nos muestra que aunque fallemos hay esperanza, que si lo buscamos de corazón, Dios perdona nuestro pecado, siempre vamos a encontrar su amor de Padre  para levantarnos, para restaurarnos, siempre vamos a encontrar su mano extendida con su gracia y su gran misericordia para ayudarnos. Y lo más importante no nos condena, como Jesús lo dice "ni yo te condenó".

"Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más" Juan 8:11

Oración: Señor, ayúdame a ser valiente y perseverar en el camino en que me has puesto, si siento que mi pie corre el riesgo de resbalar, dame la valentía de poder confiar con mis autoridades para que ellos sean mi apoyo y me ayuden a levantar, no me dejes caer porque quiero estar junto a ti todos los días de mi vida.

Con amor 💕

 Alejandra Campuzano