NO TE DEJARÉ… NUNCA

 

PERSEVERANDO EN LA ORACIÓN

“Perseverad en la oración velando en ella con acción de gracias” Colosenses 4:2

Cuando iniciamos nuestro caminar con Dios debemos aprender a tener una relación con el Señor, a orar y depender de Él hasta alcanzar el milagro sin importar la adversidad qué podamos estar viviendo.

El resultado de nuestra oración se verá reflejado en nuestro carácter, en el trato con nuestra pareja, en la relación con nuestra familia y otras personas que normalmente nos rodean. Nuestras actitudes y reacciones reflejan cómo está nuestra relación con Dios.

Tal vez los afanes de la vida nos hacen olvidar que es necesario correr al único lugar donde podemos ver nuestros sueños hechos realidad qué es a los pies de Jesús. El Señor quiere que nos rindamos y permitamos que obre a su manera. Cuando nos rendimos y aprendemos a escuchar a Dios, sabremos que tiene el control sobre nuestra vida y que a su tiempo actuará.

A través del tiempo, es posible que lleguemos a creer que somos necesarios y suficientes para ver el Milagro en nuestras vidas. Si dejamos de escuchar la voz de Dios, nos convencemos de que Él no está en medio del asunto, entonces nos afanamos, abrimos puertas en nuestras propias fuerzas, actuamos y vivimos bajo nuestro propio criterio y decisiones para luego cosechar el fruto de nuestras equivocaciones. Si lo has hecho, te invito a pedirle perdón al Señor y que puedas determinarte a perseverar en toda oración y súplica y darle gracias al Señor porque muy seguramente en medio de la prueba que estás atravesando está tu bendición. Dale Gracias al Señor porque hoy eres mejor, porque el desierto se convertirá en ríos de agua y en medio la oscuridad saldrá la luz y te podrás gozar en el Dios de tu salvación que vendrá con el milagro que tanto anhelas.

Junto con nuestros discípulos llevamos varias semanas Intercediendo a las 5 am, conociendo sus necesidades, el dolor de muchos, sus lágrimas y clamándole al Señor con nuestro corazón que cambie nuestro lamento en baile, en gozo y en alegría. Hemos podido ver la respuesta en muchos de ellos y nos alegra haber creído en Dios, pues ha sido bueno en gran manera.

Así que, querido lector, persevera en tu oración y da gracias al Señor, porque Dios cumplirá su promesa en este tiempo. La prueba ya pasó y es tiempo de tu Bendición.

Con Cariño, Luís y Janeth Hernández