EL ANCLA
DE NUESTRA ALMA
¿Qué es un ancla y para qué sirve?
Es un objeto de
hierro, generalmente en forma de arpón o de anzuelo con las puntas rematadas en
ganchos, que va sujeto a una cadena o cabo y se echa desde una embarcación al
fondo del mar, de un río o de un lago para asegurar la nave y evitar que esta quede
a la deriva.
En septiembre del 2009 el Señor
me regaló esta palabra de Josué 1:9 “Mira que te mando que te
esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará
contigo dondequiera que vayas” En ese momento tenía
estabilidad económica y laboral, buscaba pensionarme en la empresa donde
trabajaba; pero los planes de Dios son mejores que los nuestros.
A veces el cambio trae
tempestades y olas muy fuertes porque es algo incierto, pero cuando Dios quiere
bendecirnos nos lleva a salir de la zona de confort y justamente era ahí donde yo
me encontraba. Me cancelaron el contrato laboral y quedé a la deriva, debía
cumplir con mis obligaciones y mi naturaleza es ser tranquilo, pero vino a mí
el miedo, angustia, temores y preocupaciones. La suma de todo esto trajo
desesperanza a mi vida y me hizo cuestionar la palabra que Dios me había dado.
Mi mente se debatía entre
dos pensamientos. Por un lado, el pensamiento carnal rugía muy fuerte diciéndome
que me llamarían para que pagara mis obligaciones y yo no tendría como cumplir.
Pero por otro lado mi espíritu me decía: “Refúgiate en la palabra y deléitate
en ella, pues ella es tu esperanza”
Entendí que cuando el Señor
me decía “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente” era una
orden que él me estaba dando y no debía ser cuestionada. Además, cada noche que
buscaba la ayuda de Dios, Él me confirmaba que estaba conmigo y en ese tiempo me
regaló una promesa que está en Isaías 44:3, lo que habla en este versículo es
lo que yo me encontraba viviendo, pues pasaban los días y nada sucedía, esto me
motivó a seguir buscando fervientemente a Dios y me mostró números 23:19 donde
me confirmaba que Él no es hombre, ni hijo de hombre para que se arrepintiera
de lo que me había prometido.
En hebreos 6:19 dice “La cual tenemos
como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo”
Aquí
habla del ancla, esta palabra nos enseña que tenemos que anclar en nuestro
corazón, mente y alma, cada promesa que el Señor nos regala porque así no
perderemos la esperanza y la confianza que Él nos da. El señor Jesús debe ser
nuestro refugio en todo tiempo, nuestra ancla, que no permitirá que la
embarcación de nuestra vida quede a la deriva en medio de las dificultades.
Recordemos que para que se
cumplan las promesas debemos estar sumergidos en la presencia de Dios. No echemos
en saco roto las promesas que Dios nos ha dado, porque Él las hará realidad. No
importa cuán grande sea la dificultad o problema que estemos pasando, si estamos
anclados a sus promesas y a su presencia, no habrá inconveniente que no podamos
superar.
Hoy día le doy gracias a
Dios por acompañarme y enseñarme a vivir anclado a su palabra. Puedo decir que hoy
vivo en la bendición porque tomé la decisión de creerle siempre, aún en los
momentos más difíciles.
Oración: Señor Jesús, te doy
gracias por ser mi ancla, mi centro y mi refugio en mi diario vivir. Hoy
reconozco que, solo anclado en tu presencia, es que podré superar cada tormenta
porque tú eres mi esperanza y nada ni nadie podrá robarme la paz, amén.
Con amor, Alvaro Piza.
Amén gracias por ese testimonio
ResponderBorrarAmén y amén
ResponderBorrarGracias por este blog, estos testimonios le fortalecen en la Fe
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