“Las decisiones de obediencia”

 

“…Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino…”. (Salmo 119: 105)

 

En estas últimas semanas ha llegado una confrontación a mi vida y me he preguntado ¿Soy de inspiración para otros, soy realmente de testimonio, tengo la unción para que al predicar la palabra de Dios las personas reciban a Jesús en su corazón? Y esto me lleva a un cuestionamiento personal ¿Soy obediente a Dios y mis autoridades espirituales? Obediencia, elemento fundamental para lograr alcanzar la Santidad y sin esta no podremos lograr ser realmente de impacto para otros.      

 

Este mismo cuestionamiento te lo transmito a ti, ¿Eres obediente a la voluntad de Dios? ¿Estás permitiendo ser guiado por tus líderes y pastores? ¿Tus acciones son de inspiración positiva para tu familia (padres, hijos, hermanos) amigos y compañeros de trabajo? Si no es así, te invito a que hagas un alto en tu camino y tengas un momento de intimidad ante Dios para tratar este tema.

 

Posiblemente aún no nos cuesta tanto obedecer a Dios, porque no hemos entendido la dimensión de la salvación, todavía nos agradan las cosas que nos ofrece el mundo y queremos tener siempre la razón, y esto sucede porque no hemos rendido genuinamente nuestras vidas a Jesús y no tenemos un corazón restaurado.

 

No debemos ver la obediencia como una imposición dada por otras personas, o si no se convertirá como una carga más en tu vida. La obediencia es algo que tiene que salir de tu corazón, debe ser una actitud de reverencia hacia Dios.

 

Tenemos que entender que la obediencia nos aparta del pecado, nos permite estar dentro del propósito de Dios, nos mantiene firmes ante las diferentes circunstancias que debamos enfrentar.

 

Jesús era fiel reflejo de la obediencia hacia el Padre, pues a pesar de su condición divina, la crueldad con la que sería tratado y la prueba que estaba a punto de afrontar como lo era el sacrificio de su vida en la Cruz, no dejó de hacer la voluntad de Dios "Y se inclinó rostro en tierra mientras oraba: «¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía»…".

 

¿Qué quieres ver en tu vida, fracasos, decepciones y tristezas por cada mala decisión que tomas? Pues hoy te invito a que tomes una decisión radical y seas obediente a la palabra de Dios, sigue el ejemplo dado por Jesús, ve y apártate en intimidad, ten una rendición total ante nuestro Padre celestial.

 

Dile en oración: Padre te entrego mi vida, mi carácter, pensamientos y sentimientos y permito que seas Tú mi guía. Revélame la obediencia cómo el camino para obtener la santidad y comunión.

 

Con cariño, Víctor Triviño



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