MI FORTALEZA

"Jehová, roca mía y baluarte mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en quien me refugio; escudo mío y el poder de mi salvación, mi alto refugio"

Hay algo que siempre hago cuando viajo, no importa dónde o con quien, si hay prisa por conocer o si nos podemos quedar dos semanas, porque siempre, absolutamente siempre, me tomo un momento para respirar profundamente y ver la inmensidad de la creación, con el objetivo de que no se me olvide la magnificencia del Dios al que sirvo; he visto montañas increíbles, ciudades desde sus cúspides, y aquellas nubes que parecen algodones de azúcar cuando viajamos en avión, ¿Ustedes lo han hecho? Para mi es realmente satisfactorio ver como Dios sostiene el universo mientras yo me tomo una buena taza de café o una botella de agua.   

Hacer esa reflexión siempre me recuerda que no debería vivir tan rápido, no debería tomar decisiones sin consultarle a Dios, no debería refugiarme en mis fuerzas, en lo que yo creo o yo pienso,. Cuando estoy en esos lugares en los que tomo una bocanada de aire fresco y me armo de mucho valor para lo que se viene, comprendo lo frágil que soy, lo dependiente que soy del amor del Padre, y la necesidad tan grande de que Él pueda ser mi torre fuerte, mi fortaleza impenetrable y mi protector. 

Hace poco, estaba un día viviendo al límite, con apuros, como yo sé que muchos de ustedes viven, me subí a un bus, y pensando en las multitudes de cosas que tenía que hacer en la tarde y en lo difícil que se estaba poniendo mi vida, recibí una llamada de alguien que amo mucho, escuchaba las noticias que tenía para mi y lo tranquila que era su vida, y yo, de alguna manera la envidié. 

Terminamos la llamada y por alguna razón que hasta ese momento desconocía, yo solamente quería llorar pues me invadió un sentimiento de nostalgia, ¿Les ha pasado?, era uno de esos momentos en los que uno se pone a pensar si está en el lugar correcto, haciendo lo que Dios quiere, y si dentro de la multitud de posibilidades sigo estando en su voluntad… 

Quería llegar a llorar, estar solo, encontrarme con mi Padre, con mi torre fuerte, y para mi sorpresa, el lugar donde estaba se encontraba inundado de gente, así que no había privacidad, me quedé mirando al vacío, y para alguien como yo, que siempre tengo una sonrisa en el rostro, es muy evidente cuando algo no está bien. 

Se acercó un amigo, me abrazó por atrás y me dio unas palabras que penetraron lo más profundo de mi alma, me dijo “Dios me envió a darle un abrazo”, mi corazón fue quebrado, fue conquistado y enamorado nuevamente por mi Padre. Traté de ser fuerte y esperé a que mi amigo se fuera para llorar, entonces sucedió algo dentro de mi, tan pronto se despidió, solamente pude llorar.

Habitualmente, como cristianos no nos permitimos tener momentos de silencio con Dios, y nos cargamos de multitud de responsabilidades, ministerio, finanzas y familia y nos olvidamos de refugiarnos en los brazos apacibles de nuestro Padre. El problema de esto, es que podemos estallar, podemos colapsar; recuerdo que por mi mente solo pasaba el pensamiento de “Esto es demasiado para mí, no quiero vivir esto”. 

Llorar en los brazos de mi Padre me hizo entender que lo necesitaba más de lo que yo hubiera imaginado, me recordó cómo los quebrantados de corazón podemos encontrar refugio en sus brazos. No olvidemos esas inquebrantables promesas de Jesús en Mateo cinco. 

No logro entender que estas viviendo, no sé hace cuanto no logras encontrar descanso y maravillarte en los pequeños detalles de Dios, no sé hace cuanto no lloras delante de su presencia, solamente diciéndole que necesitas su consuelo, que necesitas refugiarte en la fortaleza de su inquebrantable amor, pero algo si sé, y es que “Tu redentor vive” y eso es suficiente. 

 Si estás quebrado, recuerda que las manos de Jesús el carpintero te pueden curar, si no logras encontrar tranquilidad en medio de tantas voces, ten paz, tienes al mejor consejero, solo necesitas refugiarte en los brazos de tu Padre, ve con aquel que entrego a su hijo por ti y quien es tu única fortaleza. 

Oro para que el amor del Padre pueda consolar tu corazón quebrantado. 

 Con cariño y un fuerte abrazo, Felipe Mercado. 



Comentarios

  1. Amén 🙏🏼 aunque los afanes nos quieran desviar de su plan! Su amor siempre nos recuerda que solo en Cristo hay refugio, paz y descanso seguro 🙏🏼🫶🏼🫶🏼🫶🏼

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  2. Amennn palabra comfortadora, estar en los brazos del creador nos consuela..

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  3. Los momentos de silencio son los mejores para poder escuchar a Dios y sentir su inagotable amor, es el mejor tiempo que podemos tener aquí en la tierra. Estad quietos(silencio) y coboced que yo soy Dios❤️gracias Felipe.

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  4. Bueno amigo te estoy esperando para que me ayudes

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  5. DIOS siempre está dispuesto a escucharnos, recordarnos su fidelidad, alentarnos y usa miles de maneras para demostrarlo. Gracias pipe.

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