CAUSAS POTENCIALES DE UNA SEQUÍA


 

“Dios hace habitar en familia a los desamparados; saca a los cautivos a prosperidad; más los rebeldes habitan en tierra árida. Cuando tú, Dios, saliste delante de tu pueblo, cuando anduviste por el desierto, Selah la tierra tembló y destilaron los cielos; ante la presencia de Dios, aquel Sinaí tembló, delante de Dios, del Dios de Israel. Abundante lluvia esparciste, oh Dios; a tu heredad exhausta tú la reanimaste. Los que son de tu grey han morado en ella; por tu bondad, Dios, has provisto para el pobre”. Salmos 68:6–10

 

Amados lectores hoy quiero hablarte sobre algunas causas potenciales de una sequía, y sugerirle algunas cosas que puede hacer para romper con esa sequía y traer la lluvia de las bendiciones de Dios a su vida nuevamente. 

En las Escrituras nos enseñan que la causa número uno de la sequía espiritual es el PECADO. Y la CURA número uno para la sequía, según las Escrituras, es el ARREPENTIMIENTO. 

Mira lo que dice 2 Crónicas 6:26–27, el rey Salomón es muy claro en esta oración: “Cuando tu pueblo peque contra ti y tú lo aflijas cerrando el cielo para que no llueva, si luego ellos oran en este lugar y honran tu nombre y se arrepienten de su pecado, óyelos tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel. Guíalos para que sigan el buen camino, y envía la lluvia sobre esta tierra, que es tuya, pues tú se la diste a tu pueblo por herencia”. Fíjese que los cielos fueron cerrados, no hubo lluvia, debido al pecado.

Pero cuando el pueblo confesó el nombre de Dios, rectificó y se arrepintió, Salomón oró: “Dios, escucha y abre los cielos una vez más y envía lluvia”. Esta oración es particularmente significativa porque Salomón está orando en la dedicación del templo.

Es necesario poder comprender lo que se declara en 2 Corintios 6:16: “Porque nosotros somos templo del Dios viviente”. El templo del Antiguo Testamento era apenas un tipo y una sombra que señalaba las cosas mejores—a la era en la cual Dios no moraría más en edificios hechos en piedra, sino que habitaría en los corazones humanos.  ¡Ése es usted y yo!

Pues como nos dice 1 Corintios 6:19; nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo y no nos pertenecemos a nosotros. ¡Hemos sido comprados a precio de la Sangre de Jesús!, y lo que Dios espera de nosotros es que le glorifiquemos con nuestros cuerpos. Recuerde que Usted y yo somos el templo de Dios. 

Si hay pecado en su vida, arrepiéntete y regresa a Dios, para que así pueda experimentar la lluvia fresca de la bendición de Dios en su vida. 

Oración 🙏: Amado Señor te damos gracias por la lluvia de bendiciones que has determinado tener sobre mi vida, familia y ministerio. Hoy te pido me perdones, si he permitido sequedad en alguna área de mi vida, si he dejado de creer en la abundancia de tu bendición, si he permitido el pecado en mi vida. ¡Y permíteme experimentar más de tu amor incondicional y lávame con tu sangre de Jesús para que pueda ver la lluvia sobrenatural de tus bendiciones en mí!, familia y ministerio, ¡en Cristo Jesús! Amén.

Con Cariño;

Rossemarie Rizzo Martínez- Pastora MCI Bogotá




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