¿Cómo somos más que vencedores?



 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” Romanos 8; 37 


Somos más que vencedores cuando perseveramos y le creemos a Dios. Aún en medio de los desafíos y dificultades que pueden surgir, si él promete que nos sacará en victoria, es así. La palabra "vencedor" significa que se obtuvo el éxito que se esperaba o se ganó algo, y nuestro Señor nos llama vencedores porque creemos que él es nuestro Salvador, que lo dio todo en la cruz. 

El sacrificio que hizo Jesús por nosotros en la cruz es la mayor ofrenda de amor y victoria, por lo tanto, ¿cómo saber si somos vencedores? Cuando lo amamos por encima de todo, se cree en sus promesas y se ponen en práctica, no se anda conforme a los deseos de la carne sino a los deseos del Espíritu, cuando se tiene el carácter y la disciplina en los principios de Dios, cuando se le da el primer lugar en todo y se ama su obra.

En esta convención, La gran cosecha, que fue algo sobrenatural, el Señor nos habló a mi esposo y a mí sobre volver al original, y el original es ese primer amor con el Señor, donde el fuego y la pasión por hacer su obra están encendidos, de buscarlo de madrugada, de buscar su guía, pues estamos en tiempos peligrosos y el Señor nos está llamando a despertar, donde envía profetas para guiarnos, advertirnos, y tenemos que ser sensibles a escucharlos y no hacer nuestra voluntad. 

La palabra nos dice en Mateo 28; 18-20: ”18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Somos vencedores cuando se tiene una palabra en la cual se respalda toda iniciativa, no hay cómo retroceder y nos vuelve más radicales en hacer su obra. 

Cuando se ama al Señor ante todo, somos más que vencedores.

Oremos: Señor, gracias por tu gran amor, por que me llamaste y me escogiste, porque no miraste mis pecados sino mi corazón dispuesto a ser moldeado por tu amor. Ayúdame a que pueda seguir perseverando en tus caminos y no volver a los deseos de la carne, a reavivar ese primer amor para hacer tu obra con pasión, sin temor, porque sé que tú estás conmigo y me sacas en victoria. Te amo, Jesús. Amén.

Con cariño

 Fredy y Paola Alonso




Comentarios

  1. Si Dios es x nosotros quien contra nosotros

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  2. amén. Debemos perseverar en todo momento, así como decía la reflexión sin importar las circunstancias, por encima de todo.

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