Estoy aquí, a tu lado.

 

Muchas veces, en nuestra vida cristiana, lo que mas acostumbramos a escuchar es “Dios esta contigo” y de tanto que lo escuchamos se llega a convertir en una frase de cajón. Es solo cuando pasamos por procesos en los que verdaderamente estamos solos, que no tenemos a nada y nadie, cuando podemos encontrarnos con aquel que a pesar de las circunstancias y nuestra infidelidad nunca se fue. 

Cuando pasamos la prueba más difícil como familia, junto con nuestra estabilidad económica se fueron muchas personas. Fue doloroso en el momento. En algún punto llegue a enojarme por ver que algunas personas de pronto estaban por algo que pudiéramos ofrecerles. Sin embargo, entendí que Dios permitió eso para quitarnos los bastones y que pudiéramos depender de aquel que estuvo siempre ahí, aunque por los afanes del mundo nos llegamos a olvidar que está ahí.

En otra oportunidad, casi pierdo un curso en el colegio, me dieron la segunda oportunidad para recuperarlo en un examen super difícil. Lo más duro fue el orgullo y la vergüenza ante mis compañeros. Me sentí perdedora, fracasada y claro, el dolor de sentir que me separaban de mis compañeros. Muchos amigos dejaron de hablarme por pena. A pesar de tener a mis padres y tía apoyándome, el único que se sentó conmigo a estudiar fue el. El seco mis lágrimas cuando lloraba por no entender, celebro cuando logre hacer un ejercicio bien y me recordaba todos los días en mi devocional que el me daría la inteligencia. Una vez mas me demostraba que de el viene todo lo que necesito.

Años más tarde, pasé por una prueba a nivel personal en la que también tuve que experimentar la ausencia de personas que mostraron su verdadero corazón. En ese momento, buscaba el concejo equivocado porque me decían lo que quería escuchar. Nuevamente, Dios quito mis bastones para que entendiera que Él ha demostrado estar desde el inicio y quien promete estarlo hasta el fin del mundo.

Con estas historias no quiero que pienses que Dios es malo porque “me quito” a personas. El no me las quito. Él simplemente permitió que las pruebas revelaran el verdadero corazón de aquellos que estaban cerca de mí. En ocasiones, no nos damos cuenta de que nuestros bastones, son los dioses de nuestro corazón. En mi caso, mis bastones fueron los amigos, las personas que amaba, lo que la gente pensaba de mí, mi baja autoestima que hacía que lo que la gente pensara me definiera. Me aferraba a ellos, impidiéndole a Dios llenar el lugar de que siempre fue de Él. El lugar que se gano de manera victoriosa en la cruz hace más de dos mil años.

No te voy a decir que todos los procesos son fáciles o que acaban de la noche a la mañana, porque en todos Dios como el alfarero que es, aprovecha el proceso para moldear nuestro corazón.

 Y SI, algunas veces te podrás sentir solo o que Dios no esta contigo. Cuando esto suceda no dudes en ser sincero con Dios. Job fue sincero con Dios cuando vio que su trabajo no dio el fruto esperado, incluso Jesús le pregunto al padre si le había abandonado. Ser sincero con Dios, no es malo, no significa que perdiste tu fe, es una muestra de nuestra humanidad (claro, no olvides tener reverencia). Los Salmos están llenos de oraciones de lamento y decepciones. No comprendemos todo lo que experimentamos. Pero como siempre, ahí esta el, dispuesto a escucharte.

Yo no entendía la frase “Dios está contigo, él es fiel”, hasta que mire atrás y vi que Él era el único que siempre estuvo ahí conmigo. ¿tuve que pasar situaciones duras y poco agradables para entenderlo? Si, pero te puedo decir: gloria a Dios por las situaciones que nos permiten encontrarnos con el corazón de nuestro gran amor. 

Lamentaciones 3: 22-23 dice

 “! ¡El fiel amor del Señor NUNA se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; ¡sus misericordias son nuevas cada mañana!

He visto como el dinero se acaba, las personas se van y las cosas materiales se desvanece. También he visto el amor débil de las personas y aun así he puesto mis confianzas en eso para al final encontrarme con decepción y dolor. En esos momentos de dolor, angustia, decepción encontramos el regalo mas perfecto que tal vez nunca lleguemos a comprender: su amor y su gracia. Ese amor que lo mantuvo en una cruz durante horas hace más de dos mil años es el mismo que hoy a través de este blog te dice “aquí estoy para ti”.

Querido lector, quiero comprendas algo que yo entendí en mis procesos: con Dios no necesitas ser alguien especial para el mundo, tener un nivel socioeconómico alto, demostrar quién eres o tener algo que mostrar. Solo necesitas aceptar ese amor que suple todo. Entender que Él codicia nuestros imperfectos corazones. El mundo se puede acabar, puedes perder dinero, fama, lujos, amigos o aceptación. Pero su amor no se acaba, su amor se renueva y crece cada mañana, su amor te busca aun en lo más oscuro, te compro en el mercado de esclavos y aun así, al día de hoy sigue buscándonos, a pesar de que somos infieles. No hay un escondite de su amor. 

No esperes a pasar por un proceso difícil para encontrarte con tu fiel amor, puedes hacerlo hoy. Te aseguro lo encontraras en un atardecer pintado de colores solo para ti, lo encontraras de camino a tu estudio o a tu trabajo, en la lluvia o en el sol que te calienta, en las personas que amas y sobre todo cuando cierras tu puerta y son solo tu y el recordándote Estoy aquí, a tu lado.

Con amor, María Paula Medina.