El Poder de Dar con Propósito y Alegría


"Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre."

2 Corintios 9:7

¿Te has detenido a pensar en lo que significa dar? No solo entregar dinero o cosas materiales, sino ofrecerte a ti mismo: tu tiempo, tus recursos, tu amor. A veces, dar puede sentirse como un sacrificio, especialmente cuando atravesamos tiempos difíciles. Pero el capítulo 8 de la enseñanza de Derek Prince nos invita a ver el acto de dar desde una perspectiva completamente diferente: dar es sembrar.

Derek explica que cuando damos con propósito y en obediencia, algo maravilloso ocurre: no solo bendecimos a otros, sino que también experimentamos la provisión sobrenatural de Dios. Y no se trata solo de dinero. Se trata de tu confianza en que Dios es el dueño de todo y tu proveedor fiel.

Recuerdo una época en mi vida en la que todo parecía escaso. Las cuentas llegaban una tras otra, el trabajo no daba abasto y mi corazón estaba lleno de temor. Una tarde en la iglesia, sentí la voz de Dios invitándome a dar una ofrenda. Honestamente, mi primera reacción fue resistirme: "Señor, apenas tengo para sobrevivir". Pero en ese momento, recordé las palabras de Jesús: "Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosante darán en vuestro regazo" (Lucas 6:38).

Con temor, pero también con fe, di lo que tenía. Fue pequeño, pero lo di con todo mi corazón. Lo que sucedió después fue un milagro: esa misma semana, recibí una oportunidad laboral que no esperaba, una provisión que solo podía venir de Dios. Entendí que mi pequeño acto de fe abrió las puertas para Su bendición.

La alegría de dar:

A veces pensamos que dar duele. Pero cuando lo hacemos con alegría, algo cambia en nuestro corazón. No se trata de la cantidad, sino de la actitud. Un dador alegre sabe que todo lo que tiene viene de Dios y que al dar, está participando en Su obra.

Derek Prince lo pone claro: cuando damos en obediencia, no solo estamos sembrando para una cosecha futura; estamos demostrando nuestra confianza en que Dios es suficiente. Más allá de lo material, el acto de dar nos acerca a Su corazón generoso.

  • Busca una oportunidad para dar: Puede ser una ofrenda, tiempo para escuchar a alguien, o algo que ya no usas y puede bendecir a otra persona.
  • Hazlo con alegría: Recuerda que tu acto de dar es una semilla que Dios puede usar para traer fruto, no solo en tu vida, sino en la vida de otros.
  • Confía en Dios: No temas dar, porque Dios es fiel y conoce tus necesidades.

Hoy te invito a reflexionar: ¿Qué puedes dar? No te limites al dinero. A veces, un acto de bondad, una palabra de ánimo o una oración pueden ser las ofrendas más valiosas. Dios no solo quiere lo que tienes, quiere tu corazón. Y cuando damos con propósito y alegría, nuestro corazón se transforma. ¡Dios ama al dador alegre! ¿Serás uno de ellos hoy?


Oración:

"Señor, gracias por todo lo que me das. Hoy quiero aprender a dar como Tú: con amor, con generosidad, con propósito. Ayúdame a confiar en que Tú eres mi proveedor y a recordar que todo lo que tengo viene de Ti. Enséñame a ser un dador alegre, a sembrar con fe y a bendecir a otros con lo que has puesto en mis manos. En el nombre de Jesús, amén."




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