¿POR QUÉ UN CRISTIANO SUFRE?
¿Hasta cuándo vas a seguir llorando?
Era la pregunta que me hacia una de las amigas más especiales que tengo… y es que estaba pasando por momentos realmente difíciles… uno nunca alcanza a imaginar cuán difícil puede llegar a ser el estado emocional de una persona en depresión. Solo hasta ese momento entendí la razón de tantos suicidios, abandonos, inestabilidad y caos en el mundo.
Por aquella época mi vida dio un giro total… junto a mi esposo estábamos en tratamiento para poder tener un bebé… después de años por fin lo logramos y fue uno de los momentos más felices de nuestras vidas sin imaginar que repentinamente un sangrado acabaría con todos esos sueños… mi familia siempre me apoyó y aunque estaba acompañada me sentía sola. Era el inicio de varios acontecimientos que empezaron a apagarme… el dolor hizo que rechazara a mi esposo y por ende mi matrimonio también terminó… la persona que siempre estuvo conmigo se fue de casa… pensé que refugiarme en el trabajo ayudaría y salí del país a retomar mis turnos laborales. Un día me llamó mi hermano a decirme que mi papá estaba en el hospital, viajé de regreso a Colombia… 10 días a su lado viendo cómo se apagaba en un coma del que no despertó por una neumonía y tristemente falleció. Acudí a psicólogos que solo me recetaban medicinas para la depresión… Regresé a mi trabajo, pero me encontré con la traición de algunos compañeros que me llevaron a tomar la decisión de renunciar. Definitivamente sentí que había tocado fondo y sentía muchas pérdidas en muy poco tiempo. Conocí de Dios desde que era adolecente, pero eso no impidió que me sintiera frustrada. ¿Dónde estás?, ¿Por qué a mí?, ¿Acaso no soy tu hija?... en otro país, sola y lejos de mi familia manejaba por horas buscando lugares apartados para poder gritar y sacar tanto dolor. Me aislé de todo, no quería hablar ni ver a nadie… pero eso tampoco me ayudó.
Regresé a Colombia y busqué las respuestas a todas las preguntas que le hice a Dios en esos momentos de dolor y ¿qué creen? Aprendí muchas cosas que quiero compartirles:
Estoy segura que con la ayuda de Dios y la fortaleza que pongas para salir adelante, tu vida será un ejemplo maravilloso para muchas personas y así como yo encontré la restauración después de tanto dolor, muchas personas que hoy pasan por momentos difíciles encontrarán la solución a sus problemas. Ahora entiendes ¿Por qué un Cristiano sufre?, porque somos valientes, porque a través del consuelo de Dios podemos entender a los que están a nuestro alrededor y brindarles ese consuelo. Porque todo obra para bien y en vez de encontrar la derrota nos hacemos más fuertes. Porque el dolor en los que amamos a Dios nos acerca y nos lleva a rendirnos ante él. Porque aceptamos los tiempos de tribulación como tiempos de gratitud y una oportunidad para ser mejores. Porque aprendemos de nuestros errores y con nuestras experiencias nos volvemos luz para los demás.
2 Corintios 1:4. “el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”.
Con amor, Diana Rodríguez.
Amén así es hace mucho tiempo lo comprendí. Ellos Ami. Y no yo a ellossss
ResponderBorrarDiana que lindo blog , gracias por contar algo tan profundo, Tu blog muestra autenticidad y motiva, muestra como la mano de Dios te ha sostenido . Gracias por recordarnos que Dios siempre está con nosotros ✨✨✨
ResponderBorrarBy: Paola Sierra
Amén y amén
ResponderBorrarGracias Diana
Muchas bendiciones
Dianis eres muy valiente Dios traerá restauración en cada area de tu vida
ResponderBorrarMuchas gracias por compartir este testimonio y por la motivación que viene con él. Bendiciones.
ResponderBorrarDianita, excelente blog. Gracias por tu testimonio, eres una gran mujer de bendición para esta tierra. Leo
ResponderBorrarDianita, hija querida: gracias por compartir esa experiencia tan dolorosa y triste por la que pasaste.
ResponderBorrarAunque no estuve siempre a tu lado físicamente, también yo te acompañaba espiritualmente en tu dolor y tu sufrimiento, pero me fortalecía la esperanza y confianza en DIOS en que Él escucharía nuestras súplicas, las cuales puedo decir con alegría, no fueron en vano.
Gracias al SEÑOR TODOPODEROSO que te dió la fuerza para superar tan difícil situación.
Gracias a DIOS por este gran momento, y gracias a tí por haber vencido el mal y haber salido triunfante y victoriosa en tu vida personal, familiar y espiritual.
Abrazos y besos de quien más te ama.
La mami.