CÓMO EL ESPÍRITU SANTO RESTAURÓ MI CORAZÓN

 

EL GOZO DE LA NAVIDAD

“Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo”

Mateo 2:10

El verdadero gozo de la navidad no está detrás de los regalos la comida deliciosa o el compartir con las personas que amamos. Todas estas cosas son maravillosas, pero lo realmente importante es que podamos comprender el regalo tan grande que nos dio Jesús al venir al mundo como un humilde bebé pequeño para vivir una vida ejemplar y finalmente morir por nosotros en la cruz y resucitar al tercer día.

Si es algo tan maravillosamente grande, pero al mismo tiempo algo tan fácil de comprender. ¿por qué muchas veces se escapa de nuestro entendimiento? La razón es porque tenemos un corazón demasiado desagradecido y lleno de queja.

Ahora recuerdo la película “Ser digno de ser” que fue basada en hechos reales que tuvieron lugar en 1984 durante la operación Moisés, que desarrolló el gobierno israelí para rescatar a los judíos que vivían en Etiopía y llevarlos a Israel. Entre estos judíos también había algunos cristianos que debían mantener oculta su identidad porque no contaban con la protección del gobierno israelí pero sí eran víctimas de la persecución.

En esta operación se rescataron más de 14,000 personas y el único requisito era que demostraran su conversión al judaísmo. A pesar de la efectividad de la operación más de 4000 personas murieron en el desierto víctimas de las enfermedades, la sed y el hambre.

Recuerdo que en esta película hay una escena en la que un niño etíope de nueve años que fue rescatado por el gobierno israelí, se duchó por primera vez en su vida en un baño y vio que el agua recorría su cuerpo, pero luego se iba por el sifón, entonces se agachó angustiado para detenerla y que no se fuera, entonces los agentes del servicio humanitario israelí lo detuvieron y le dijeron “No te preocupes, aquí no importa que el agua se vaya porque hay suficiente agua para todos”.

¿Pero a qué conduce esta historia? El asunto está en que nosotros nos quejamos por las cosas malas que nos pasan y generalmente consideramos que lo que nos sucede a nosotros es lo peor de lo peor. Pero cuando miramos la realidad de otras personas nos damos cuenta que estamos llenos de cosas para agradecer; es terrible cuando por causa del hambre, la guerra, o los desastres naturales, se rompe la normalidad de un pueblo y ya no pueden volver a conseguir el dinero a través de su trabajo, no pueden volver a dormir en sus casas porque son desplazados por la violencia o los cataclismos, no pueden volver a compartir en su seno familiar porque esas desgracias lo dejan sin padres o sin hijos, y tienen que ir a una tierra nueva donde no conocen a nadie y dependen de la ayuda humanitaria.

Seguramente a la mayoría de las personas que leen este blog no les ha sucedido algo parecido pero es necesario que comprendamos que tenemos muchísimas cosas que agradecer en nuestra vida diaria, como tener agua en nuestros baños, alimento para comer, personas con quienes compartir, salud, formas de conseguir nuestro dinero, etcétera.

Entonces el verdadero gozo de la Navidad nace de un corazón agradecido, porque siempre hay más cosas por las cuales agradecer que de las cuales quejarse. Y también aprendemos a agradecer no solamente con nuestras palabras, sino con toda nuestra vida por lo que Jesús hizo por nosotros para salvarnos.

Oración: Precioso Padre, perdónanos El pecado de la ingratitud y la queja, pues nos hemos acostumbrado a quejarnos por lo que no tenemos en lugar de agradecer por lo que sí tenemos, ayúdanos a tener un estilo de vida que te agrade y que todo lo que hagamos y en toda nuestra manera de vivir, expresemos nuestra gratitud y amor hacia ti.