CONOCIENDO AL ESPÍRITU SANTO



Más el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

S. Juan 14:26


Cuando Jesús anunció que era necesario irse para que viniera el Consolador, el Espíritu Santo, nadie podía imaginar el profundo alcance de lo que esto significaba para toda la humanidad. Este versículo revela que el Padre enviaría a alguien para que actuara en representación de Jesús. El Espíritu Santo no solo tiene las mismas facultades que Jesús, sino que, al ser Espíritu, puede obrar de manera ilimitada, extendiendo su presencia y poder a todas las personas, en todo lugar y en todo momento. Así, el Espíritu Santo se convierte en nuestro guía constante, quien nos enseña, nos recuerda y nos fortalece, llevando la obra de Jesús a cada rincón del mundo y a cada corazón dispuesto a recibirle.


Imagina que estás en una gran biblioteca llena de miles de libros. Algunos libros contienen la sabiduría y las enseñanzas más profundas, pero en medio del bullicio y las distracciones, es fácil olvidar lo que has leído. Sin embargo, tienes un amigo, un bibliotecario sabio y atento, que ha estado contigo todo el tiempo. Este bibliotecario no solo te recuerda dónde encontrar los libros que necesitas, sino que también te ayuda a recordar las lecciones que aprendiste de ellos, incluso aquellas que habías olvidado.


De manera similar, el Espíritu Santo actúa como ese amigo fiel, ya que en este verso, nos promete que el Espíritu Santo nos enseñará todas las cosas y nos recordará lo que Él nos ha dicho. Así como el bibliotecario ayuda a recordar lo que aprendimos en los libros, el Espíritu Santo trae a nuestra mente las enseñanzas de Jesús cuando las necesitamos, guiándonos y fortaleciendo nuestra fe.


Se que cada uno de nosotros hemos pasado por momentos adversos en los que no sabemos como actuar, si embargo, estoy seguro que si recuerdas como saliste de ese problema, fue el Espíritu Santo que te trajo a memoria una promesa, un versiculo, una profecía o una enseñanza en la que Dios te había dado dirección. 


Te motivo a que si hoy necesitas tomar una decisión o estás en medio de alguna adversidad, no dudes en pedirle al Espíritu Santo que te traiga a memoria o te enseñe lo que debes hacer. 


Con cariño,


Jorge Bejarano



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

CÓMO EL ESPÍRITU SANTO RESTAURÓ MI CORAZÓN