CÓMO EL ESPÍRITU SANTO RESTAURÓ MI CORAZÓN

 

LA AUTORIDAD DEL ENVIADO

 

“He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.”

Mateo 10:16

 

Cuando Jesús dijo estas palabras a sus discípulos, no lo hizo para asustarlos, sino para prepararlos. Él quería que supieran que la tarea que les estaba dando no sería fácil. Necesitaban ser valientes, sabios y confiar totalmente en Dios. Jesús no prometió que el camino sería cómodo, pero sí que valía la pena, porque tenía un propósito muy importante.

Ser enviados como ovejas en medio de lobos significa que muchas veces las personas no entenderán lo que creemos o incluso se burlarán de nosotros. Pero hay algo muy bonito en todo esto: no estamos solos. Jesús nos envía y va con nosotros. Él nos da autoridad, nos cuida y nos guía.

Esa autoridad no es nuestra, es de Él. No se trata de tener fama, sino de estar conectados con Jesús y vivir como Él nos enseñó. Cada cristiano es llamado a mostrar el amor de Dios en este mundo, a ser un instrumento y ser su voz.

Jesús nos dice que seamos astutos como serpientes y sencillos como palomas. La serpiente representa la astucia: saber cuándo hablar, cuándo callar, cuándo actuar y cuándo esperar. La paloma representa un corazón limpio y sincero, que confía en Dios y no busca hacer daño a nadie.

El enviado de Cristo debe ser fuerte, sin ser agresivo, firme, sin ser orgulloso, y valiente, sin ser imprudente. La autoridad del enviado no se ve en la imposición, sino en la manera en que refleja a Jesús, incluso en circunstancias adversas.

Oración

Señor Jesús, gracias por confiar en nosotros y darnos una misión tan importante. Ayúdanos a ser sabios como la serpiente y sencillos como la paloma. Enséñanos a hablar con amor, a actuar con fe y a no tener miedo cuando las cosas se pongan difíciles. Queremos vivir cada día mostrando que tú vives a través nuestro. Gracias porque nunca nos dejas solos Amén.

Con amor, María Paz Jaimes