¿Cómo un guía puede cambiar tu vida?

 

"Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios." 

Romanos 8:14

Al leer, recordé momentos de mi niñez cuando mis abuelos me decían: "Mijo, todos somos hijos de Dios". Yo me quedaba callado y en mi mente pensaba: "¿Y los que hacen el mal también son hijos de Dios?" Nunca pregunté ni investigué, y dejé que pasaran los años hasta el día de hoy. 

Reflexionando sobre las situaciones que he vivido y las acciones que he cometido, me di cuenta de que, en realidad, no todos son hijos de Dios. Ser hijo de Dios implica más que solo existir; implica una relación profunda y transformadora con Él. Una vez que nos convertimos en hijos de Dios, tenemos una comunión con Él y somos guiados en nuestro día a día por el Espíritu Santo. Esta guía no es solo una dirección, sino una compañía constante que nos ayuda a tomar decisiones sabias, a enfrentar desafíos con valentía y a vivir una vida que refleje el amor y la gracia de Dios. Recordemos que todos somos creación de Dios, pero solo aquellos que han sido adoptados y redimidos por su Hijo pueden clamar: "Abba, Padre, papito Dios". Esta adopción nos da una nueva identidad y un propósito renovado. Nos convierte en herederos de las promesas de Dios y nos asegura un lugar en su familia eterna.

Oración

Padre amado, te damos gracias por hacernos tus hijos, por comprarnos a precio de sangre, por amarnos y unirnos a la vid verdadera. Gracias por tu Santo Espíritu que nos da la convicción de ser hechos hijos tuyos y, si hijos, herederos en Cristo Jesús. Ayúdanos a vivir cada día guiados por tu Espíritu, reflejando tu amor y gracia en todo lo que hacemos. Amén.

Jonathan Alfonso



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