COMPARTE LA PALABRA CON CLARIDAD

“La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.” Salmos 119:130

Cuando pensamos en las células, nos viene a la mente un grupo pequeño donde juntos aprendemos de Dios. Pero la enseñanza de la Palabra no es solo para esos momentos, también debe ser parte de nuestra vida diaria. El Salmo dice que la Palabra de Dios “alumbra”, y esa luz es la que necesitamos para tomar decisiones, para enfrentar los problemas y hasta para hablar con los demás.

Algo que he aprendido en mi caminar con Dios es que muchas veces pensaba que compartir su Palabra era muy difícil. Creía que para hablar de la Biblia debía tener un conocimiento profundo, usar palabras muy elaboradas o saber “mucho”. Eso me llenaba de miedo, temor de equivocarme o de decir cosas sin sentido.

Pero Dios me ha mostrado que no se trata de lo complicado, sino de lo sencillo. Que Él mismo es quien da la claridad y el entendimiento. Que basta con abrir el corazón y hablar desde lo que hemos vivido. No compartimos para impresionar a los otros, sino para que la luz de su Palabra brille en medio de la vida diaria. Jesús nos enseñó con parábolas y ejemplos cotidianos. Y eso me ha enseñado que yo también puedo hablar de cómo un versículo me dio paz en un momento de ansiedad, o cómo una enseñanza de la célula me ayudó a perdonar. La claridad no está en usar grandes palabras, sino en contar lo que Dios ha hecho en nuestra vida.

Hoy entiendo que cuando dejo que la palabra ilumine mi vida, entonces puedo iluminar a otros. Y que compartirla con claridad es simplemente hablar con amor, con sencillez y con un corazón sincero.

Reto personal: Piensa en algo que Dios te haya enseñado esta semana y compártelo de manera sencilla. Puede ser con un amigo, en tu célula, o incluso con alguien en casa. No debemos tener miedo a equivocarnos, porque lo más poderoso no es lo “perfecto” que digamos, sino lo real de lo que hemos vivido con Dios.

Con cariño Alisson Castellanos