MUJER, TU FE TE HA SALVADO

"Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de Él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos"

Hebreos 7:25

La salvación es el regalo más grande que Dios nos ha otorgado. Cuando hablamos de salvación es necesario entender su significado, Jesús uso ese término en los evangelios muchas veces cuando hizo milagros, por ejemplo, la mujer que padecía flujo de sangre es uno de esos casos milagrosos.  

 "Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz"

Lucas 8:47-48 

Salvación significa que Jesús ganó en la cruz del calvario vida eterna para nosotros, Él puso eternidad en nuestros corazones y preparo morada para nosotros en el cielo donde estaremos junto a Él por siempre, pero también en momentos difíciles y circunstancias adversas donde humanamente es imposible salir de lo que estamos viviendo nuestro salvador se manifiesta de manera sobrenatural a nuestras vidas.

Siempre me ha impactado el caso de la mujer que padecía flujo de sangre, años viviendo con una enfermedad que la azotaba física, espiritual y emocionalmente: Debilitada física y emocionalmente, aislada por considerarse inmunda, menospreciada porque todo lo que tocaba se hacía inmundo, empobrecida porque había gastado lo que tenía en médicos y tratamientos y no había visto la respuesta que anhelaba. Pero cuando ella tocó el manto de Jesús so-riesgo de convertirlo en inmundo, Él en su infinito amor hizo el milagro y le dijo: Hija tu fe te ha salvado, es decir que le otorgó el milagro de sanidad, salvación y vida eterna.

Cuando nos sentimos como esa mujer, en una situación que ha minado nuestras fuerzas físicas  a causa de una enfermedad, las fuerzas económicas  por la pérdida de una empresa, de un empleo, las fuerzas emocionales por la ausencia de un ser querido, perdemos la esperanza y el ánimo para seguir adelante, a tal punto que hasta nos sentimos indignos de tocar el manto de Jesús, porque  sentimos que hemos pecado y que lo que pasó es imperdonable.

Para cambiar la atmosfera donde el enemigo te quiere encerrar, debemos abrirnos campo entre la multitud  como esa mujer de la que nos habla la Biblia, abrir paso entre las situaciones y circunstancias adversas, correr a  tocar el manto  de Jesús, porque Él es poderoso para salvarnos, no se avergüenza de nosotros, no nos rechaza y su amor es más grande que todo lo que estemos viviendo.

Con Cariño

Estella Novoa



 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog