SERVIR A LA JUSTICIA
“Hablo como humano, por vuestra humana
debilidad, que, así como para iniquidad, presentáis vuestros miembros para
servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad
vuestros miembros para servir a la justicia.”
Romanos 6:19
Antes
de empezar vamos a contextualizar este capitulo 6 del libro de Romanos para
poder entender el versículo 19.
Aquí Pablo está explicando que, al ser libres
del pecado por la gracia de Cristo, los creyentes no deben seguir pecando…
Pero
todos de alguna forma servimos a algo… La pregunta es: ¿Tú a quién sirves?
Es
una pregunta para confrontarnos, a veces pensamos que le estamos sirviendo a
Dios, porque asistimos todos los domingos a la iglesia, porque estamos en un
ministerio, somos líderes o asistimos a una célula, entre muchas otras cosas
que talvez nos parecen buenas y realmente lo son… Pero con todo y esto, hay
actitudes, palabras, pensamientos y costumbres que, si las analizamos,
podríamos concluir de qué o de quién somos esclavos… ¿Lo habías pensado antes? Veamos
lo que escribió el apóstol Pablo en Romanos 6:19 sobre la esclavitud del
pecado:
“Presentáis vuestros miembros para
servir a la inmundicia y a la iniquidad”.
En
esta primera parte nos muestra que antes de nuestra conversión a Cristo éramos
esclavos del pecado. Hoy en día las personas usan sus "miembros"
(cuerpo, mente, acciones) para servir al pecado, un ejemplo de esto son algunos
de los influenciadores de las redes sociales que usan sus miembros para servir
al pecado como:
Boca: Hablando chismes o mentiras.
Manos: Haciendo cosas deshonestas o
dañinas.
Mente: Albergando pensamientos impuros
o egoístas.
Según
Pablo, el fruto de esta esclavitud es la vergüenza y, en última instancia, la
muerte:
¿Pero qué fruto tenéis de aquellas
cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte
Romanos 6:21
Esto
nos debe inquietar a preguntarnos si nuestra conversión es verdadera,
analicemos:
¿De
nuestra boca salen palabras negativas, de crítica, mentira, chismes, o
groserías? ¿Usamos nuestras manos para hacer cosas incorrectas, impuras,
deshonestas? ¿En nuestra mente hay pensamientos negativos, de mal, incorrectos,
impuros o de infidelidad?
Aquí
tenemos el diagnóstico… ¿De qué o de quién somos esclavos y no lo sabíamos?
Ahora,
entendiendo y sabiendo esto, podemos en verdad hacer un cambio de dueño, pues
la liberación del pecado por fe en Cristo es la oportunidad para servir a la
justicia de Dios. Para esto debemos tomar la decisión de presentar nuestros
cuerpos en su totalidad y nuestras vidas a Dios con todo lo que esto implica. Debemos
entender la vida cristiana como un cambio en nuestro estilo de vida, es un
cambio de vivir para la inmundicia a vivir para la santidad. Este cambio es una
decisión consciente y activa, no es pasiva, es un acto de voluntad. Así como antes dedicábamos energía a pecar,
ahora debemos dedicarla a la justicia
Dice
Pablo en la segunda parte:
“Así ahora para santificación
presentad vuestros miembros para servir a la justicia.”
¿Qué
significa esto? Actuar honradamente: la Justicia de Dios se refleja en hacer lo
correcto, amar la misericordia y vivir de manera humilde.
El
resultado de servir a la justicia es la santificación, el propósito de Dios
para nuestra vida es que experimentemos un proceso de crecimiento que nos haga
mas semejantes a Cristo.
Debemos
usar nuestra mente para meditar en la palabra de Dios, nuestras manos para
servir a los demás con generosidad y la boca para proclamar la verdad, los ojos
para leer la biblia y ver la belleza de la creación, en lugar de consumir
contenido dañino e inapropiado.
Querido
lector, debemos reflexionar sobre nuestra vida, qué es lo que hay oculto en
nosotros… pero esa respuesta, no importa cual sea, nos debe llevar a tomar
decisiones y transformar lo que hablamos, lo que hacemos, lo que pensamos para
ser restaurados y hacer esa elección consciente para presentar nuestros cuerpos
como instrumentos de justicia, pues nuestro objetivo final es la vida eterna.
El
mensaje de Romanos 6 es de esperanza y libertad. Entonces, ¿A qué estás
sirviendo con tu vida?
OREMOS:
Padre, venimos delante de ti para pedirte que nos transformes en verdaderos
servidores de justicia, santificando nuestros miembros. Señor. apártanos de lo
que no debemos pensar, guárdanos de lo que no debemos ver, protégenos de lo que
no debemos hablar, cúbrenos de lo que no debemos oír, libéranos de lo que no
debemos sentir, apártanos de lo que no debemos tocar, guárdanos de donde no
debemos ir. Haz de nosotros verdaderos hijos tuyos para que podamos
presentarnos delante de ti ofreciendo nuestros cuerpos y nuestras vidas a ti,
sin pecado y permitiendo que tengamos la mente de Cristo.
Gracias
por escuchar nuestras oraciones, gracias Padre por perdonarnos y hacer de
nosotros nuevas personas en ti y para ti. ¡Amén y Amén!
Con
cariño, Robinson y Emma.

Amén y amén
ResponderBorrarQue gran reflexión para que verdaderamente apliquemos cada paso en mi vidad a diario Dios bendiga tu vida con cada enseñanza.
BorrarAmén
ResponderBorrar🌻 amén
ResponderBorrarAmen
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