LA BIBLIA Y LAS FINANZAS
« Este libro de la ley nunca se apartará de tu boca, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces prosperarás tu camino y todo te saldrá bien». Josué 1:8
Dios, a través de este versículo, nos da la clave para una vida de bendición. Quizás muchas veces intentamos encontrar respuestas sin consultar a Dios. Recordemos que la creación se hizo de lo invisible, lo que significa que se construyó mediante la palabra. Por eso, Dios nos insta a nunca apartarnos de la Biblia, porque es a través de ella que podemos transformar las circunstancias y crear, mediante la fe, una atmósfera diferente para recibir el milagro.
En esta nueva era tecnológica, nos acostumbramos a tener respuestas inmediatas, por lo que a menudo no nos detenemos a meditar en la Palabra. Esto nos ha llevado a tomar decisiones apresuradas cuyas consecuencias podemos sufrir. La palabra "meditar" proviene del latín "meditatio", que significa acción y el efecto de pensar antes de actuar . Tener tiempo para orar, leer la Palabra y escuchar los sermones de las reuniones debe combinarse con un tiempo de reflexión en el que permitamos que Dios nos enseñe a poner en práctica lo que nos dice.
Es necesario que dependamos de Dios en todo. Lo hemos experimentado especialmente en el aspecto financiero: desde que comenzó nuestra relación, hemos visto cómo Dios nos ha sostenido a través de su palabra. Lo único que necesitábamos para casarnos y comenzar una nueva vida juntos eran las promesas que Dios nos dio, ya que no estábamos muy bien económicamente. Esto nos permitió ver su mano en cada detalle y experimentar su sobreabundante provisión.
Exactamente un año después de casarnos, cuando pensábamos que todo iba de maravilla, llegó la pandemia. Creíamos que nuestros trabajos eran estables y teníamos cierta seguridad, hasta que me enviaron una carta indicando que suspenderían mi contrato laboral. En ese momento sentí temor porque durante muchos años había depositado mi confianza en ese trabajo y, como hombre, tenía que cumplir con varias responsabilidades en mi hogar. Pero Dios nos dio esta promesa: El Señor dice: « Yo te instruiré, te mostraré el camino que debes seguir; te aconsejaré y velaré por ti». Salmo 32:8 NVI. No lo tomamos a la ligera, sino que meditamos en ello, decidiendo no dejar de diezmar ni de ofrendar a pesar de la situación financiera y confiando en que Dios me daría el consejo necesario para salir de esta crisis.
Con el paso de los meses, nos dimos cuenta de que, en lugar de quedarnos sin dinero, teníamos un excedente. Empezamos un negocio que prosperó y decidimos empezar a ahorrar. La época que creíamos que sería de escasez se convirtió en una de mayor abundancia.
Te animamos a buscar la palabra de Dios, a meditarla día y noche, a actuar según Dios te hable sin mirar las circunstancias y así podrás experimentar caminos de prosperidad y bendición que no estaban en tus planes, sino en los de Dios.
Jorge y Marcela Bejarano

Dios es fiel y cumple las promesas
ResponderBorrarY honra la fé de los que creen gracias Jorge y marce
Es mi palabra con la que llego a los caminos del Señor y hoy doy testimonio qué nunca se apartará de mi
BorrarDios los Bendiga! Tremenda bendición,
ResponderBorrarElegance de Paris.