NO TE DEJARÉ… NUNCA

 

INTERCAMBIO DIVINO

"En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad". Efesios 1:5-6

Se denomina intercambio a la acción de dar una cosa a cambio de otra o realizar una acción a cambio de otra acción. Y generalmente buscamos que esos cambios que hacemos nos favorezcan.

Pero cuando Jesús murió por nosotros la manifestación de su amor fue tan grande y tan injusta para Él quien se llevó todo lo malo de nosotros, para que pudiésemos recibir todo lo bueno de Él.

El primer intercambio que hizo fue ir a la cruz para que nosotros no tuviéramos que hacerlo y sufrir lo que El recibió por amor a ti y a mí.

Allí en la cruz se llevó nuestra orfandad para que pudiésemos experimentar su paternidad y su adopción. ¿Quién querría adoptarnos a un precio tan alto? Solo Él, quien nos hizo hijos suyos, según el puro afecto de su voluntad.

Recibió nuestro pecado, para santificarnos, nuestra enfermedad para hacernos sanos, nuestro castigo para que pudiésemos experimentar su perdón, la maldición para otorgarnos bendición, siendo rico se hizo pobre para hacernos partícipes de sus riquezas y su sangre se hizo más que suficiente para superar la separación que hubiera entre Él y nosotros, borró nuestro pasado y es la misma que tiene el poder para purificar nuestra conciencia de la mancha del pecado.

El enemigo siempre busca engañarnos y hacernos sentir huérfanos en medio de la adversidad, culpables recordándonos nuestro pasado, e indignos de recibir la bendición y condenados a vivir en maldición. Pero lo cierto es que Jesús en la cruz del Calvario se llevó todo lo malo para que pudiéramos experimentar la provisión de toda la misericordia que Él manifestó en la cruz por amor a nosotros. La respuesta a todas nuestras necesidades está en su sangre y el intercambio que ella nos otorgó.

No puedo saber porque situación estas pasando querido lector, pero la invitación es a que buques el intercambio de lo que Jesús ganó y aprovisionó para ti en la cruz del Calvario a través de la sangre que derramó allí, pues su sangre tiene el poder de absorber lo malo de nosotros, anular el acta de decretos que el enemigo levantó en contra nuestra y reemplazar la maldición por bendición por el intercambio que Jesús hizo allí.

Cuando conocemos la verdad, ella nos hace libres, por ello no podemos caer en la trampa del enemigo de sentirnos culpables, huérfanos, solos y acusados, sino que debemos empezar a confesar lo que la sangre de Jesús derramada en la cruz del calvario hizo por nosotros. Su sangre es como la bomba atómica en el mundo espiritual.

#TIEMPO DE INTERCAMBIOS DIVINOS

Con amor, Estella Castro.