NO TE DEJARÉ… NUNCA

 

MILAGROS FINANCIEROS

 

Llegando de unas anheladas vacaciones que quisimos hacer desde tiempo atrás, entendía que muchas veces nos quedamos en el anhelo, pero no vamos a la acción, la Fe es tan sencilla como poner los pies en el río Jordán para que este se abra. Con esto quiero explicar que un deseo de nuestro corazón es una puerta abierta para que Dios nos pueda dar más de lo que imaginamos. Esto va acompañado de ver el milagro y empezar a trabajar en él, si deseo viajar debo primero saber a dónde, empezar a buscar el sitio, mirar lugares, alimentar mis sueños con imágenes, cotizar, preguntar, saber cómo llegar, mostrar un interés genuino de que verdaderamente deseo algo. Sin darnos cuenta esto activa automáticamente algo en nuestro interior que nos lleva a trabajar por ello, pasando del anhelo a la acción.

Y esto se aplica para todo, finanzas, sanidades, sentimientos, ministerio, etc. El problema para muchos de nosotros en determinados momentos es no tener el anhelo, o no saber el cómo y, por ende, es imposible darle acción a algo que no sabemos. Y muchas veces nos negamos a soñar pues cargamos el peso del fracaso y la frustración, nos cuesta trabajo creer pues hemos crecido en un hogar lleno de privaciones o el dolor ha tocado nuestra puerta y hemos  pasado de resilientes a resignados. En este caso la solución es ir a los  pies de Cristo y exponerle nuestros sentimientos para que sane nuestro corazón y restaure nuestra capacidad de soñar. 

Debes saber que solo es posible lo que anheles de verdad, porque solo así tendrás el deseo de pasar del anhelo a la acción, que te llevará a realizar lo que quieres ver. Y si pensamos en lo que deseamos para nuestras vidas tenemos que ver que Dios nos dice en su palabra que sus pensamientos son mas altos que los nuestros. 

No temas, no creas que no es para ti, tiempo y ocasión acontece a todos… y si pasan cosas buenas a aquellos que no tienen al mismo Dios que tú, con mas certeza podemos creer que es posible.

Da el primer paso y ejercita tu fe, verás cómo aumenta y tus conquistas serán cada vez mayores porque Dios está contigo.

Oración: Señor, perdóname toda incredulidad, sana mi corazón y restaura la capacidad de soñar que me has dado. Hazme ver las cosas como tu las ves y que se cumplan  en mi vida tu plan y tu propósito. Gracias amado Padre, Amén.

Con amor, Leonor Barrero.