La abundancia, un regalo de Dios
La abundancia, un regalo de Dios
La abundancia es una de las
bendiciones que Dios tiene para sus hijos, pero solo para quienes le reconocen
como padre y proveedor pueden tenerla.
Cuando se menciona la palabra
abundancia, la mayoría de las personas solamente piensan en cosas materiales o
mucho dinero, pero la abundancia es un regalo de Dios en nuestras vidas porque
esta se puede traducir en una inmensidad de paz, amor, misericordia, compasión
o fruto.
Desde que conocí a Dios puedo decir
que me ha dado abundancia de paz, que antes sin él no veía, pero ahora puedo
vivirlo y sentirlo, aunque la situación sea diferente y me genere angustia o
preocupación, él está en mi vida. Desde que Andrés y yo nos casamos hemos
experimentado pruebas económicas las cuales nos han hecho preguntarnos ¿Dónde
está la abundancia? ¿Dónde está la bendición? Pero en medio del proceso hemos
experimentado que Dios nos ha favorecido con la abundancia del amor, el amor de
Dios, hemos podido ver milagros y algo que nos ha impactado es que Dios se ha
tomado el tiempo de moldearnos, de prepararnos para las cosas que vienen y ha
venido aumentando nuestra fe. No es fácil vivirlo, no es fácil creerlo, pero
por un momento piensa en la abundancia que Dios ha traído a tu vida, puede ser
la salud, una familia unida, milagros, una paz inconmensurable, un gozo
desbordante, una fe férrea, piénsalo por un momento y da gracias a Dios por
aquello en lo que te ha prosperado.
Dios nos da diariamente abundancia en
el tiempo y momento indicado, en cada área de nuestras vidas, pero para llegar
a una abundancia plena debemos morir a nosotros mismos, morir a hacer las cosas
en nuestras fuerzas y empezar hacerlas a la manera de Dios, dejar de pensar que
todo debe ser en el momento que nosotros queremos o consideramos, recuerda Dios
tiene el control.
Hoy quiero dar gracias porque Dios
está en mi vida cada mañana, porque tengo un esposo maravilloso, una familia
que me ama, tengo una familia espiritual y amigos de la fe increíbles, tengo
salud, pero lo más importante tengo un Dios que me ama, me escucha y se
preocupa por mí.
Dios siempre te da más de lo que
esperas, más de lo que piensas.
Amén y amen
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