Un clamor desde el fondo de mi corazón

 

Salmos 143:1

Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.

20 años atrás no conocía de Dios, en ese momento de mi vida me diagnosticaron cáncer (tumor testicular) de inmediato mis pensamientos fueron de mucho miedo y desesperación, sin saberlo y mucho menos quererlo mi vida empezaba a tomar un sentido diferente. Siempre me había preguntado qué significaba ORAR, por causa de esa enfermedad comencé a cuestionar a Dios, ¿Por qué me pasaba esto si yo era buena persona? eso pensaba yo, pero no era así, comencé a hablar con Él (Dios), sin saber que esa conversación se estaba volviendo un clamor desde lo más profundo de mi corazón, clamaba que me sanará, porque tenía mucho miedo de morir aún sin conocerlo ni saber realmente quien era el Dios del que tanto me hablaban.

En ese momento tomé la decisión de comenzar a buscarlo, lo primero que hice con un tono desafiante  fue decirle que si me sanaba yo le serviría, pero por dentro de mi corazón  sabía que  debería primero ponerme a cuentas con Dios, estaba pasando por un quebranto que despertó mi necesidad por buscar un milagro, cuando hice esta oración tan profunda y sincera entré a sala de cirugía le dije a mi familia –“tranquilos que Dios tiene todo bajo control” Tenía que ser fuerte por mi esposa, mi hija y mi hijo que venía en camino; el resultado de la cirugía fue todo un éxito, días después en la recuperación el mismo doctor me dijo que todo el cuerpo médico estaba sorprendido porque al momento de hacer nuevos estudios no aparecía rastro de esta enfermedad, estaba totalmente sano, ya  no serían necesarias más cirugías ni quimioterapias, ABSOLUTAMENTE NADA. Ese día en esa sala de hospital comprendí que solo cuando clamamos a Dios  y lo buscamos de todo corazón vamos a ver cosas muy maravillosas, milagros creativos, respuestas con esperanza.

Te invito a que confíes en el Señor de todo corazón y que ores de manera muy especial para que veas tu milagro hecho realidad y des testimonio de ese milagro.

Con cariño

Alejandro Espitia