LA BENDICION QUE BROTA DEL CORAZÓN


"El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca" Lucas 6:45

 Buenos días, hoy es un maravilloso domingo.

Te has preguntado ¿Qué hablas a diario? La mejor manera de crecer como hijos de Dios es nutrirnos de su Palabra día a día, si dedicas tiempo a estar con Dios en su palabra, en meditar en ella y permitir que esta genere un cambio en tu corazón te será cada vez más fácil hablar de la bendición.

Ahora bien, hablar de la bendición no es solo visualizar, sino tomarte el tiempo de entender a dónde te quiere llevar Dios. He aprendido que muchas veces hemos confundió la palabra “esperar” con el sinónimo de “quietud” (es decir no hacer nada) y realmente no es así. La espera es realmente un tiempo de “Preparación” donde deberás aprender a hablar y vivir en tu bendición aun cuando esta no esté cumplida en su totalidad.

Por ejemplo, ¿Cuánt@s quieren tener novi@ pero se cierran a conocer personas y a hacer nuevos amigos, cuántas personas quieren casarse y nunca ahorran para su boda, cuántos quieren un carro pero no tienen la licencia de conducción, cuántos quieren una casa nueva pero no se han tomado el tiempo de revisar proyectos de vivienda, cuántos quieren un gran ministerio pero no pagan el precio en la presencia de Dios para saber oír su voz y ser un instrumento en sus manos?

Tengo la plena certeza que Dios ha querido darnos tantas cosas pero el gran “Stop” de nuestra bendición es que no hablamos y actuamos en pos de ella. La espera es igual a preparación, la preparación es igual al  proceso, el proceso es igual a tiempo y la suma de estos tres es igual a “La bendición de Dios”


Espera+preparación+proceso+tiempo= Bendición de Dios.


En este día quiero que te preguntes ¿Hace cuánto dejaste de actuar y hablar de tu bendición?

Recuerda que en este proceso de ver tu promesa cumplida es necesario que mientras esperas, te prepares. La quietud no es una opción, caminar por fe es como lanzarte a un abismo con los ojos cerrados, pero con la plena confianza que Dios está contigo.

Si en este cierre de año te has evaluado, y tus metas y sueños para este 2022 no se han cumplido, te motivo a que los pongas delante de la presencia de Dios y le digas “Señor te entrego mis sueños y renuncio a ellos, para que tus sueños en mi vida se hagan realidad” (esta frase la escuché del Pastor Alejandro Rey en una charla del 2016 y claramente dio mucho resultado en mi vida).

Con lo que te he compartido solo anhelo que puedas avivarte en tu corazón y empieces a hablar de tu bendición porque seguramente estás cada vez más cerca de ver cumplidas varias promesas. Te motivo en este día a ser intencional en tu relación con Dios, haz un ayuno, haz  una velada, en fin, haz algo de tal forma que puedas escuchar la voz de Dios y tener dirección de parte de Él en lo que has pedido en tu lugar secreto.

Feliz domingo!

Con cariño Paola Sierra.



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