AMAR COMO JESÚS NOS AMA

Transportémonos a una realidad paralela, en donde Jesús no hubiera predicado hace 2023 años en un país ajeno o en un ciudad distante a la que vivimos, pensemos por un instante que Él no hubiera nacido en Nazaret, sino que hubiera nacido en la ciudad desde la que lees este blog, que empezara a hacer milagros en tu ciudad y diera inicio a la conformación de sus doce apóstoles,  hagamos una proyección de quienes podrían ser; i) Un par de pescadores del Choco, digamos que serían  Pedro y Andrés, ii) Un cobrador de impuestos excesivo, algo así como un gota a gota, sería Mateo, iii) Un integrante de alguna guerrilla urbana, ese sería Simón el zelote, (…) Y bueno, podríamos seguir, pero me pregunto ¿Qué vio Jesús en ellos, o qué vio en Zaqueo, o en María Magdalena? ¿Qué vio en ellos?

Hace poco iba para mi casa en un bus, cuando un hombre de unos 38 años se subió a vender dulces, la verdad no tenía la mejor ropa, su lenguaje no denotaba que hubiera pasado por una universidad y los gritos con los que declaraba que vendía dulces eran muy efusivos, a muchos les incomodó y a mi un poco, no se los voy a negar. Pero en un momento no vi a un hombre que vendía dulces, vi un predicador apasionado por Cristo, él se bajó y yo me quedé admirado de la pasión con la que ese hombre podría predicar, ese día logré entender cómo nos ve Jesús y cómo debemos ver a los demás.

Ver a los demás como Jesús los ve, es empezar a amar a las personas, es entender que aún con sus errores y con sus imperfecciones, Dios puede usarlos, ellos pueden ser restaurados y convertirse en un instrumento útil en las manos del creador.

Poder hacer que muchos más hagan parte de la novia de Cristo, demanda de nosotros que primero amemos a las personas, debemos verlos como Jesús los ve, no esperemos que las personas hagan parte de nuestros equipos si no estamos dispuesto a amar como Jesús nos ama a nosotros, no esperemos predicar ante multitudes y que los milagros sucedan, si nuestro corazón no está dispuesto a rendirse al servicio, así como Jesús lo hizo cuando lavó los pies de sus discípulos.

Mi oración, es que puedas ver a las personas que están cerca de ti como Jesús las ve, con amor, con compasión, no importa si es un médico como Lucas o un pescador como Pedro, no importa si para ti está calificado, o no lo está, porque el amor cubre toda vanidad y estereotipo, el amor trasciende las banalidades que este mundo nos ofrece y ve el corazón quebrantado de aquellos que necesitan a Cristo. Que nuestra oración sea esa, que podamos ser profundos y amar a los demás como Jesús nos ama a nosotros, ahí empieza el verdadero Evangelio, ahí empieza el avivamiento, con el amor hacía los demás.

“Juan 15:12

 Este es mi mandamiento: Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado.” 

 

Un fuerte abrazo, con cariño, Felipe Mercado.



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