CUANDO LA SANIDAD NO
LLEGA
Algunos de nosotros
hemos atravesado por valles de dolor y enfermedad que parecieran no terminar, entonces
leemos en los Evangelios todas aquellas ocasiones en que Jesús sanó leprosos,
ciegos y paralíticos; aun vemos como suceden sanidades tremendas hoy en día. Tal vez hoy te estás preguntando ¿Qué hay de mí?
o de mi familiar que ha estado luchando con ese diagnóstico por algún tiempo,
he orado, he ayunado, mi pastor ha orado por esto y ¿Por qué no ha venido la
sanidad? Quisiera tener una respuesta clara, pero la verdad no la tengo, lo que
si te puedo compartir es lo que he aprendido en mi experiencia propia. En uno
de los momentos de mayor quebranto en mi salud el Señor me dio esta palabra:
“Tres veces le he
pedido a Dios que me quite este sufrimiento, pero Dios me ha contestado: «Mi amor es todo lo
que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad.» Por eso, prefiero sentirme
orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en mí”
2 corintios 12, 8-10.
Esto es lo que aprendí
1. Dios
tiene un propósito: El Señor escogió
humillar a Pablo con una “espina en la carne.” No fue un acto caprichoso de
parte de Dios. Siempre nuestro buen Dios tiene un plan más allá de nuestros ojos
a través del dolor y la enfermedad.
Que lindo devocional. Aveces no entendemos los tiempos de DIOS pero no hay mejor sensación que saber que nuestro dolor no le es ajeno y tiene un propósito.
ResponderBorrarHermoso. Mil gracias. Cosas que no entendemos pero confiamos en que Dios es fiel y cuida de nosotros.
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