¿ERES BIENAVENTURADO?

 

Quiero iniciar refiriéndome al Salmo primero, que señala que en la obediencia a la palabra de Dios somos Bienaventurados, obviamente apartándonos de todo aquello que nos lleva al pecado y a alejarnos de la presencia de Dios, “…Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche…”, pero la pregunta que podrían tener algunos lectores sería ¿Qué es ser Bienaventurado?. 

Uno de los significados de este término, señala que Bienaventurado es aquella persona que goza de la felicidad plena que es concedida por Dios, es ser tres veces bendecido. 

Aclarando este concepto, podríamos estar pensando erróneamente que todos aquellos placeres que ofrece el mundo como lo son el sexo, el alcohol, el dinero, la fama, reconocimientos, entre otros, son la felicidad, pero nada más equivocado que esta percepción, esto simplemente es una sensación de placer que no nos permite experimentar una llenura total en nuestro ser, pues la gente que tiene estas cosas siente que aún falta algo en su corazón. 

Yo seguía teniendo esta misma sensación incluso algunos meses después de llegar a la iglesia, no lograba tener esa conexión con Dios, hasta tanto entendí que no era obediente a su palabra y aún me dejaba llevar por el “yo pienso”, “yo creo” y “yo siento”. Fue cuando tomé una decisión y determiné que trataría de estar siempre en el centro de la voluntad de Dios, en ese momento comencé a experimentar una paz en mi interior que no podía entender y describir, fue un despertar para disfrutar cada bendición que me era dada por Dios y que por tantos años no las disfrutaba. 

Hoy en día puedo afirmar con total certeza que soy Bienaventurado, ya que he podido escuchar a Dios, mejorar mucho más mi relación con Él, experimentar cómo se manifiesta cada día en mi vida de diferentes maneras. El Señor me concedió la bendición de casarme con una mujer espectacular que alegra mi vida con cada ocurrencia, con su amor y comprensión. 

He aprendido a disfrutar la compañía y amistad de mi hija que es el regalo más lindo dado por Dios, es ver en ella la extensión del amor de Dios y que en ella veré cumplida muchas de mis promesas. 

En este mismo salmo hace referencia que seremos como “arboles plantados junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae y todo lo que hace prospera” En mi caso personal es porque mi Padre Celestial con sus lazos de amor me permitió llegar a esta iglesia que se ha convertido en parte de mis pilares espirituales, Dios me bendijo con poder ejercer un liderazgo a un grupo de hombres, mujeres y niños que se han convertido en mi familia en Cristo, personas excepcionales  que me han ayudado a crecer, con los que hemos pasado situaciones difíciles, pero también disfrutar un sinnúmero de momentos felices. 

El ser Bienaventurado es experimentar la presencia de Dios en cada célula de tu cuerpo, ver su creación en su máxima expresión, es amar cada detalle que nos ofrece, es pasar cada prueba con el convencimiento que Dios está a nuestro lado sosteniéndonos, esta es mi percepción personal del ser Bienaventurado, lo que he podido vivir y experimentar. 

Si aún no has podido experimentar lo que es ser Bienaventurado, te invito a que hagas esta oración, Padre mío, hoy te pido perdón por todo argumento, pensamiento o pecado que he permitido en mi vida, pues no quiero seguir apartado de tu presencia. Quiero ser obediente a tu Palabra y estar en el centro de tu voluntad, quiero ser Bienaventurado y experimentar cada una de tus bendiciones, disfrutar cada detalle que tienes para conmigo. Señor, quiero conocerte en toda tu magnitud y todo lo tengo en Cristo, quiero sentir tu paz y gozo cada día de mi vida, gracias Padre por tu infinito amor. 

Con mucho cariño, Víctor Triviño.



 


Comentarios

  1. Gracias por este blog .. , que importante es reconocer en que están puestos nuestros ojos y entender que nuestra plenitud solo esta en el amor del Señor Jesús.

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