NO TE DEJARÉ… NUNCA

 

NUESTRA HERENCIA 

“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”

Isaías 54: 17 

Una herencia son bienes que se transmiten por sucesión o si lo hablamos en el ámbito biológico es la transmisión de los caracteres normales o patológicos de una generación a otra.  

Recuerdo que cuando en la iglesia se oraba por las finanzas, muchas veces nos llevaban a reclamar para que recibiéramos una herencia de un familiar, y yo realizaba la oración, pero nunca con la convicción de que la recibiría. Y cuando partieron mis abuelitos paternos hace unos 3 años, sin esperarlo y nunca pensarlo, me dieron la noticia de que tenía una herencia de parte de ellos, y lo más bonito es que lo sentí y lo siento como un regalo especial de mi mamá, porque como esa herencia le pertenecía a ella y ella partió de este ámbito terrestre cuando yo era preadolescente, nos correspondió a nosotros como sus hijos. 

Leyendo este versículo de Isaías, y todo el capítulo 54 que es una tremenda declaración de amor y de protección de parte de Dios, entendía que, aunque esa herencia terrenal es una hermosa bendición, también es pasajera, es temporal, y que tenemos un regalo mucho más hermoso y más grande que va más allá de este mundo físico, y es la herencia eterna, la SALVACIÓN. 

Si estamos en Cristo tenemos una herencia nueva en Dios. Esta herencia cubre varias áreas como lo indica el capítulo 54 de Isaías: 

-Seremos adornados. 

-Estaremos lejos de la opresión.  

-No temeremos. 

-Nuestros enemigos caerán, serán derrotados. 

-Lo que se levante en contra de nosotros y nuestra familia no prosperará. 

Hoy debes apropiarte y reclamar en lo espiritual, las escrituras que Dios te entregó por medio del sacrificio de Jesús, donde te dice que eres su hijo, te da la salvación, que incluye libertad en todas las áreas y vida eterna. Que puedas valorar el regalo que el Señor te da, y no solo a ti, sino también a tu descendencia, porque tus hijos también la heredarán. 

Te invito a que hagas una oración a Dios tu Padre, pidiéndole perdón si no había tenido gratitud por el regalo tan hermoso y la herencia que él ya te dio. Y que si había vivido apartado de Él, le digas: Padre Bueno, no quiero vivir más apartado de ti, hoy quiero sentirme hijo y como hijo recibir tu herencia de amor. Nunca volveré atrás porque no me perderé de ninguno de tus beneficios. Te amo mi Señor. 

Con amor, Mirna Mercado.