Cómo Reconocer Que Soy Oveja

 


 Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.  mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.  mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

Juan 10:26-27

 

Buscando las características de una oveja encontramos varias de ellas, es un animal que, aunque no tiene mucha visión se caracteriza por su oído tan agudo y se emociona al escuchar la voz de su pastor y aprende a reconocer el silbido cuando la llama, son dóciles, mansas también son  temerosas, necias e inseguras.

La Biblia nos habla de diferentes clases de ovejas la débil, enferma, perniquebrada, confundida, pérdida, engordada, pero algo maravilloso de estos animales es lo que pueden llegar a darnos como:  lana, leche y carne.

Una característica del pastor es que conoce muy bien a su oveja y sabe en qué condición está y cómo cuidarla, con amor y determinación también la guía, le ayuda a andar por el camino correcto, la protege y hasta da la vida por ella, la corrige, la disciplina con su callado cuando se quiere descarriar y es muy similar como El señor hace lo mismo por nosotros, nos cuida y nos ama, cómo este pastor a su oveja .

La palabra nos asimila a ella y nos podemos dar cuenta que  clase de ovejas somos (débil, enferma, perniquebrada, confundida, pérdida, engordada), de las que se descarrían y se pierden o de las que al escuchar la voz de Dios acudimos a su llamado con humildad y temor reverente, esto lo vemos cuando nuestro pastor o líder nos convoca a una reunión, nos da una dirección a través de la palabra y muchas veces  no queremos oír ni obedecer su orientación estos  son indicios de que no somos  quizás las ovejas de la que habla el señor cuando dice  “mis ovejas oyen mi voz y me siguen” por la ceguera espiritual que tenemos no reconocemos su voz o de las que por ser tercas y necias necesitan corrección cundo nos queremos descarriar.

Pero si en verdad somos seguidores de Cristo y hemos aprendido a escuchar y a obedecer su voz seremos ovejas de su rebaño llenas de su amor y de su gracia, productivas que ganaremos muchas ovejas más para su rebaño.

 

Con cariño, Familia Espitia Sampedro




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