¿QUÉ PRODUCE LA FÉ?

 

El texto de Romanos 5:1-5, me motiva y me da fe porque siento que fue ayer cuando hice el siguiente ejercicio: El Haber tenido un pacto con Dios y decidirme por Él.  Estaba segura que al escoger este camino con Dios, Él me daría salud, me daría prosperidad y bendiciones.  Actué con fe, sin importar lo que me dijeran los demás, tomé la decisión y me atreví a ir al encuentro que fue bellísimo para mí.  Me enseñó “el querer como el hacer”.  Me sanó, me limpió y me perdonó de todo lo que hice en mi pasado.

Por eso, siento que ahora nada ni nadie podrá separarme de Él; Ni el dolor, la duda, mi familia, ni mis amigos, porque ahora sé que podré superar todas las cosas porque lo tengo a Él en mi vida.  La tribulación produce paciencia y la paciencia prueba.  Queridos lectores tomen un tiempo para pensar en esto… ¿Qué ha pasado en sus vidas?

Hoy es día de hacer un pacto con Él de una vez por todas.  Él no los dejará en vergüenza.  Él siempre cumple sus promesas y da oportunidades como la que me dio a mi… ¿Por qué no a usted?  Él perdonó mis pecados, me dio sabiduría y gracia para poder evangelizarte a ti... por eso ahora vamos a orar:

“Señor Jesús, hoy te doy gracias porque a través de ti las personas que están leyendo esta reflexión, puedan creer y tener fe en ti a pesar de todos los sufrimientos y pruebas que podamos pasar.  Señor ayúdanos a perseverar, a tener carácter, certeza, esperanza y mucho más.  Alívianos las cargas, quita el odio, ayúdanos a perdonar como tú nos perdonaste a nosotros.  Gracias Señor por lo que acabas de hacer, amado Dios te entregamos esto en la cruz. Confiamos en que nos des más amor y nos perdones nuestros pecados en Cristo Jesús. Amén

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”. Romanos 5:1-5

 

Con mucho Cariño, Luz Mireya Rojas.