“Jesucristo es el
mismo ayer, y hoy, y por los siglos”
Hebreos
13: 8
Como seres
humanos enfrentamos diferentes situaciones que nos llevan a sentirnos
defraudados, unas veces son las acciones de otras personas, como familiares,
amigos o alguien muy allegado, quienes de alguna manera hieren nuestros
sentimientos y autoestima. Otras veces es por frustración al no poder alcanzar
lo que deseamos en algún área de nuestra vida, como en lo laboral, sentimental,
educativo, etc.
Ahora
bien, cuando comenzamos los caminos de Dios, queremos ser restaurados de estas frustraciones,
y tenemos grandes expectativas pues de alguna manera queremos ver las respuestas
inmediatas por parte de Dios en aquello que anhelamos.
Lo que
no entendemos en algunas ocasiones es que Dios en su infinita sabiduría y amor,
nos debe preparar para obtener estas bendiciones, para ello nos comienza a
equipar mediante la Fe y las promesas dadas en la Palabra. Es un proceso que
requiere tiempo, por eso algunas personas vuelven a tener frustración, porque sus
corazones todavía no son sanados de las heridas del pasado.
Si
sientes que aún tienes frustración en alguna área de tu vida, es porque no has
conocido a un Dios real, no te has permitido tener un encuentro genuino con Jesús,
ya que al momento en que recibiste tu promesa es porque esta será cumplida, como
dice la palabra en hebreos 6:18 “…hay dos cosas imposibles: que Dios
mienta y que no cumpla lo que promete…”.
Vemos
que “Jesucristo es el
mismo ayer, y hoy, y por los siglos”, no hay ninguna posibilidad de que Dios cambie de opinión
respecto a lo que pretende hacer en nuestras vidas. Lo que debemos hacer es despojarnos
de nuestro “Yo quiero, yo pienso y yo siento” Así veremos las respuestas en los
tiempos correctos y ya con un corazón sano, humilde y obediente.
Te invito a que
hagas la siguiente oración: “Señor, te pido perdón si de alguna manera
desconfié de lo que podías hacer en mi vida o si te comparé con personas que me
causaron daño en el pasado. Hoy me determino a creer en cada una de las
promesas que tienes para mi vida, y pondré toda mi confianza en mi amado Padre.
Gracias Jesús por lo que haces para conmigo. Amén”.
BIENVENIDOS A NUESTRO BLOG # 1.300 ¡DEPENDIENDO TOTALMENTE DE DIOS! Muchas veces en medio de la angustia, en vez de correr a los brazos de aquel que nos puede levantar y dar descanso, corremos en tantas direcciones, buscamos ayuda en parientes, vecinos, hermanos, gente a nuestro alrededor y por último es que nos acordamos de aquel que levanta al caído y que es Poderoso para levantarnos de donde hayamos podido caer. Torre fuerte es el nombre del Señor; a El correrá el justo, y será levantado. Proverbios 18:10. No sé en qué área de tu vida hayas caído y todavía estés postrado en el mismo lugar de hace una semana, algunos meses o quizás años. Pero en este momento traigo un mensaje de parte de Dios para tu vida: Es tiempo de que CORRAS A ÉL PARA QUE SEAS LEVANTADO. A lo mejor buscaste la ayuda de gente que te rodea y lastimosamente te defraudaron, te dieron la espalda, se burlaron de ti, confiaste en ellos y lo que hicieron fue traicionarte. Pero hay una persona que no te defrauda, que es
NO TE DEJARÉ… NUNCA "Seamos valientes y fuertes, no teman ni se asusten por nada de lo que les rodea, porque Dios siempre estará con nosotros. Él nunca nos dejará ni nos abandonará." - Deuteronomio 31:6 Esta poderosa declaración del Deuteronomio 31:6 nos insta a encontrar fortaleza en la fe y a confiar en la constante presencia divina en nuestras vidas. En momentos de incertidumbre y desafíos, esta promesa nos recuerda que no estamos solos. En lugar de sucumbir al miedo o la ansiedad, podemos abrazar la certeza de que Dios está a nuestro lado, guiándonos y dándonos la fuerza para enfrentar cualquier adversidad. Esta reflexión nos invita a cultivar una conexión profunda con el Señor, encontrando consuelo y seguridad en Su amor eterno. Ahora, en nuestra vida cotidiana, el Deuteronomio 31:6 nos ofrece una guía valiosa para enfrentar los desafíos diarios con coraje y confianza. A menudo, nos encontramos ante situaciones que nos provocan miedo o ansiedad: un nuevo trabajo, una d
MI MAYOR OFRENDA El año pasado tuve un sueño en el que el Pastor César me saludó dos veces y la tercera vez regresó, me abrazó y comenzó a ministrarme en cosas específicas que solo estaban en mi corazón y nadie más sabía. Recuerdo despertarme llorando y sintiendo que quien me había visitado era el Espíritu Santo, que quería mostrarme su paternidad y pastoreo; Esa mañana Dios me llevó a estudiar el Salmo 23 y quiero compartir un poco de esto contigo. V1: Jehová es mi Pastor y nada me faltará, David sabía que la oveja es un animal de propiedad, es decir que yo pertenezco a Dios, yo soy suya y él es mío, porque él es mi Pastor, es decir decir, él cuida de mi bienestar, pero definitivamente para llamarlo Pastor, primero debo ser oveja y la verdad es que desde hace tres años soy una ovejita que constantemente necesita estar cerca de su Pastor, porque he sido procesada desde que la residencia de mi papá está en el cielo; pero con Dios nada me faltará, esto quiere decir que todas m
Amén, gracias!
ResponderBorrarAmén amén
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