NO TE DEJARÉ… NUNCA

 "Seamos valientes y fuertes, no teman ni se asusten por nada de lo que les rodea, porque Dios siempre estará con nosotros. Él nunca nos dejará ni nos abandonará." - Deuteronomio 31:6

Esta poderosa declaración del Deuteronomio 31:6 nos insta a encontrar fortaleza en la fe y a confiar en la constante presencia divina en nuestras vidas.

En momentos de incertidumbre y desafíos, esta promesa nos recuerda que no estamos solos. En lugar de sucumbir al miedo o la ansiedad, podemos abrazar la certeza de que Dios está a nuestro lado, guiándonos y dándonos la fuerza para enfrentar cualquier adversidad. Esta reflexión nos invita a cultivar una conexión profunda con el Señor, encontrando consuelo y seguridad en Su amor eterno.

Ahora, en nuestra vida cotidiana, el Deuteronomio 31:6 nos ofrece una guía valiosa para enfrentar los desafíos diarios con coraje y confianza. A menudo, nos encontramos ante situaciones que nos provocan miedo o ansiedad: un nuevo trabajo, una decisión difícil, una enfermedad o simplemente la incertidumbre del futuro. En esos momentos, es fácil sentirnos abrumados y desalentados.

Deuteronomio 31:6 nos brinda una poderosa lección que trasciende las páginas de la Biblia y se aplica directamente a nuestras vidas cotidianas. En nuestro caminar diario, nos enfrentamos a desafíos, obstáculos y momentos de incertidumbre que pueden hacernos sentir temor o inseguridad. Sin embargo, esta declaración nos recuerda que no estamos solos en nuestras luchas. Al igual que el Señor estuvo con los personajes bíblicos en sus momentos difíciles, también está con nosotros en cada paso del camino.

La primera parte del versículo nos insta a "esforzarnos y cobrar ánimo". Esto implica un compromiso activo de nuestra parte para enfrentar las dificultades con determinación y valentía. En lugar de sucumbir al miedo o la duda, debemos fortalecer nuestro espíritu y perseverar, sabiendo que somos capaces de superar cualquier desafío que se nos presente.

La segunda parte del versículo nos dice que no debemos temer ni tener miedo, porque el Señor está con nosotros. Esta promesa es un recordatorio reconfortante de que no importa cuán solos o desamparados nos sintamos, nunca estamos fuera del alcance del amor y la protección de Dios. Él camina a nuestro lado en cada paso del camino, brindándonos fuerza, consuelo y orientación cuando más lo necesitamos.

En nuestra vida cotidiana, esto significa que podemos enfrentar nuestros trabajos, relaciones, desafíos financieros o de salud con confianza, sabiendo que no estamos solos en nuestra lucha. Cuando nos sentimos abrumados por las circunstancias, podemos encontrar consuelo en la certeza de que Dios nunca nos abandonará ni nos dejará desamparados.

Al igual que los personajes bíblicos, un gran ejemplo es el Rey David. Veamos a David, quien enfrentó numerosas adversidades y desafíos durante su vida. A pesar de los peligros y las traiciones que enfrentó, David confió en la promesa de Dios de estar con él. Su valentía y fe inquebrantable son un ejemplo de cómo podemos enfrentar nuestras propias batallas con confianza y fortaleza, sabiendo que Dios está con nosotros en todo momento.

Así como encontraron fortaleza en la presencia de Dios, nosotros también podemos encontrar paz y seguridad en su amor incondicional. Con esta promesa en mente, podemos enfrentar cada día con valentía y esperanza, sabiendo que el Señor está con nosotros, guiándonos y sosteniéndonos en cada paso del camino.

Te invito a seguir perseverando en Dios, confiando en Su amor y poder para guiarte a través de cada desafío y victoria en tu vida. A medida que enfrentas obstáculos, recuerda que Dios está contigo en cada paso del camino, fortaleciéndote y dándote el valor necesario para seguir adelante. Mantén tu fe en Él, sabiendo que nunca te abandonará ni te dejará desamparado. Confiando en Su promesa de estar contigo, persevera en la oración, en el estudio de Su Palabra y en vivir una vida que honre Su nombre. En medio de las pruebas, encuentra consuelo y esperanza en la presencia constante de Dios en tu vida.

Te invito a reconocer que Dios es la única persona que puede transformar tu vida en todos los aspectos. En Él encontramos la fuente de verdadera renovación y restauración, capaz de cambiar nuestros corazones, mentes y circunstancias. Permitámosle entrar en nuestras vidas con humildad y entrega, confiando en Su poder para obrar milagros y traer un cambio genuino.

Por último, imagina tus sueños más grandes, tus metas más ambiciosas, y luego recuerda que con Dios a tu lado, nada es imposible. ¡Eres más fuerte de lo que crees, más amado de lo que imaginas y más capaz de lo que te has atrevido a soñar! Entonces, avanza con valentía, con la certeza de que el Dios que cambia vidas está contigo en cada paso del camino. ¡Confía, cree y sé testigo de la maravillosa obra que Él puede hacer en tu vida!

Con Amor, Pablo Cuellar.