CÓMO EL ESPÍRITU SANTO RESTAURÓ MI CORAZÓN

 

EL MANEJO DEL TIEMPO

 

Proverbios 21:5:

“Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza”

 

¿Alguna vez has sentido que el día cada vez se hace más y más corto? En nuestra vida terrenal, tenemos una larga lista de cosas por hacer y a veces la insuficiencia y la pereza de nuestras acciones no nos dejan ni siquiera empezar aquellas cosas pendientes. Lo mencionado anteriormente, es algo gravísimo ya que así como nosotros confiamos en Dios y en sus milagros, Dios por su parte confía en nosotros y él nos ha enseñado a vivir como sabios, no como necios.

 

En el manejo del tiempo, es importante que nos dejemos guiar por Dios, ya que sin él, no vamos a lograr nada y no llegaremos a ningún lado. No hay nada más hermoso que vivir bajo la voluntad y el propósito que Dios tiene para nuestras vidas, ¿no? Es por eso que todos nuestros planes, sueños y deseos tenemos que dejarlos en manos de Dios, para que él nos enseñe a vivir bajo su voluntad. Dios mismo dice en su palabra que todo tiene su tiempo, sin embargo no podemos seguir esperando y acumulando aquellas cosas que sabemos que podemos realizar el día de hoy. Dios quiere hijos diligentes, que le consulten a él sus planes, no hijos apresurados que hacen lo que sus instintos carnales le dicen.

 

Por último, quiero que reflexionemos también en nuestra lista de cosas pendientes espirituales. Nosotros como conocedores del Señor, también tenemos responsabilidades y es en ellas en las que quiero que reflexionemos: ¿Ya le predicamos a esa persona que sabemos que necesita de Dios?, ¿Ya hemos orado e intercedido por esas almas necias que se niegan a seguir el camino del Señor? Dios también está esperando a que nos determinemos y obremos en su nombre. Aquella frase que dice “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” es totalmente cierta. Háblale, consúltale y pídele al Señor que te guíe y te ilumine para saber qué camino elegir de acuerdo al propósito que él tiene para tu vida.

 

No olvides que Dios te ama y quiere lo mejor para ti.

 

ORACIÓN:

 

Padre amado, te pedimos que nos hagas personas diligentes y sabias a la hora de actuar. Quita de nosotros la pereza y la insuficiencia. Ayúdanos a priorizar las cosas de nuestra vida como a ti te agradan… (para esto no olvidemos que el orden es el siguiente:

1.   Dios

2.   Yo

3.   Mi familia

4.   El ministerio

5.   Áreas seculares)

Guíanos para que estas cinco áreas las podamos vivir como Tú nos enseñaste por medio de la Palabra y trae gozo y paz a nuestros corazones. Señor, muéstranos el propósito que tienes para nosotros y te pedimos que podamos hacer las cosas bajo tu voluntad y en tus tiempos, los cuales son perfectos. Todo esto lo pedimos en el poderoso nombre de Jesús, AMÉN.

Con amor, Julieth Florián.