FIDELIDAD

La fidelidad es un valor que la humanidad siempre ha estado buscando; una esposa espera la fidelidad de su esposo y un esposo espera la fidelidad de su esposa, el amigo espera la fidelidad de su amigo, un empleado espera la fidelidad de su jefe, etcétera.

También la fidelidad puede compararse a la confianza y hoy en día no es tan fácil ser fiel, sin saber en qué momento nos van a traicionar y más si esa confianza la hemos depositado en los que amamos, quienes son los que más daño nos hacen.

Después de mi divorcio pasé por la prueba de comprobar la fidelidad de Dios en mi área emocional y cuando pensé que no podía continuar, el Señor me habló en mi devocional a través de 1 de juan 4:18:

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor”

fue en ese instante en que pude comprobar la fidelidad de Papá Dios.

Meses después, el Pastor César escribió el libro “Victoria por la sangre” y fue en éste donde comprendí la bendición que hubo en el huerto del Getsemaní, cuando Jesús me mostró su fidelidad al decir “Padre pasa de mi esta copa, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya”.

Pude enfocarme en la fidelidad de Dios y mi oración era “Señor, quién como tú oh Dios, tú me has dado las fuerzas para continuar, tú me diste un trabajo en el que pude sacar a mis hijos adelante y brindarles un hogar, tú sanaste mi corazón y mis sentimientos, tú me mostraste que nunca me dejarías solo. Y ahora que mis hijos viven en otro país, que son adultos y con una vida espiritual firme en el Señor, puedo testificar de la hermosa fidelidad de Dios.

Si tu estás pasando por un momento de soledad, tristeza, desilusión o abandono, no dejes de creer en lo fiel que es el Señor. Si Papá Dios te ha dado promesas, cree que él es fiel para cumplir todo lo que te ha prometido, mira las cosas que no son como si fueran y podrás como yo decir “De oídos te había oído más ahora mis ojos te ven”.

 Con amor, Edgar Medina.







Comentarios

  1. Gracias Edgar, Se escribe mucho sobre la fidelidad que esperamos de otras personas, pero tú has destacado la fidelidad de Dios. Así es, Dios es fiel, El no falla.

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  2. La fidelidad de Dios es una roca firme en medio de un mundo cambiante. Aun cuando fallamos, dudamos o nos alejamos, Él permanece constante, cumpliendo sus promesas y sosteniéndonos con amor inagotable. Su fidelidad no depende de nuestras circunstancias ni de nuestro desempeño; es parte de Su naturaleza eterna. Recordar que Dios siempre cumple lo que promete nos da paz, esperanza y fuerza para seguir adelante, confiando en que nunca nos abandonará.

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