HUMILDAD 

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

Mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”

Gálatas 5:22-23

 

“Recuerdo con mucha claridad un momento en el que comprendí verdaderamente lo que significa la humildad. Estaba convencida de que tenía todas las respuestas, hasta que la vida me enfrentó a una situación que no supe manejar. Tenía que entregar mi proyecto de grado y estaba segura de que mis aportes estaban bien estructurados, por lo que no me preocupé demasiado. Sin embargo, todo cambió cuando el tutor revisó el proyecto y nos dio su retroalimentación. Fue entonces cuando me di cuenta de que no estaba tan preparada como creía.

Tuve que pedir ayuda a mis compañeros de trabajo, reconocer mis límites y aceptar que no podía hacerlo sola. No fue un proceso fácil, pero en esa vulnerabilidad descubrí algo profundo: ser humilde no es sinónimo de debilidad, sino de autenticidad. Desde entonces, intento vivir la humildad no como un gesto esporádico, sino como una forma de estar en el mundo, de relacionarme conmigo misma y con los demás desde el respeto, la empatía y la gratitud.

Desde aquel momento, la humildad dejó de ser para mí una palabra bonita y se convirtió en una práctica diaria. Aprendí a escuchar más y a hablar menos, a valorar las opiniones de los demás sin sentirme amenazada, y a entender que cada persona que encuentro en el camino tiene algo que enseñarme.

La humildad me ha permitido construir relaciones más sinceras, aprender de mis errores sin miedo a reconocerlos y a crecer de una manera más profunda. No siempre es fácil —el orgullo a veces quiere tomar el control—, pero recordarme de dónde vengo, lo que he vivido y lo que todavía me falta por aprender, me ayuda a volver a ese lugar de sencillez y gratitud.

Hoy sé que la verdadera grandeza no está en demostrar que sé mucho o que puedo más, sino en reconocer que siempre hay algo nuevo por aprender y alguien a quien honrar con mi respeto.

Si hay alguien que me enseñó el verdadero significado de la humildad, ese es Jesús. Él, siendo el Hijo de Dios, no buscó honores ni grandezas humanas; eligió el camino del servicio, la compasión y la entrega.

Cada vez que lucho con mi propio orgullo, recuerdo que la humildad de Jesús no fue una postura, sino una forma de amar: poniendo a los demás primero, lavando los pies de sus discípulos, cargando la cruz sin reclamar justicia.

Intento seguir sus pasos, sabiendo que la humildad no es debilidad, sino una fuerza silenciosa que transforma el corazón y le da sentido a todo lo que somos y hacemos. Y en ese camino, aunque imperfecto, encuentro paz, propósito y una alegría que nada en el mundo puede dar.

Oración

“Señor Jesús. Tú que siendo Dios te hiciste pequeño por amor, enséñame a caminar por el camino de la humildad, que no busque ser reconocida, sino que anhele servir con alegría, que no me aferre a mis logros, sino que reconozca que todo bien viene de Ti.

Dame un corazón sencillo, capaz de escuchar, de pedir perdón, de agradecer.

Hazme comprender que la verdadera grandeza se encuentra en amar como Tú amaste: sin esperar nada a cambio, sin buscar ser el primero. Líbrame del orgullo que me ciega y de la soberbia que me separa de los demás. Revísteme de Tu humildad, Señor, para que, siguiendo tu ejemplo, pueda vivir en paz, en verdad y en amor. Amén, Amén y Amén”

Con amor, Saudis Anaya.



 

Comentarios

  1. Gracias por este blog muy interesante y necesario para un cristiano .
    Humildad se refiere a sumisión,reconocer mis debilidades ,limitaciones,y la sencillez de corazón.

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  2. Señor enséñame a ser humilde para ser más cómo tú
    Gracias
    Atte Maribel Ramírez

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  3. Gracias
    Señor
    Por
    Tu.sabiduría. amen.y.amen

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  4. Att.jhon.a
    Bohórquez. Moreno.

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  5. Gracias mi Sau, la humildad hace parte del fruto del Espíritu Santo🙏🏾, cómo tú lo decías necesitamos humildad para recibir la corrección de Dios y/o autoridades con esto último ser moldeados en el carácter. Cuando hay orgullo no permitimos que Dios trabaje en nosotros. Linda canción ♥️

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  6. Saudis, muy buen blog,
    Así es, la humildad no es debilidad sino una fuerza silenciosa. Tu tienes esa fuerza, enfócala sirviendo a Dios. Un abrazo

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