PRIMERO EL REINO
“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”
Romanos 10:9-10
Cuando muere un ser querido puede ser una experiencia muy dura para toda la familia, primero por el vacío que deja en sus corazones, segundo por el sufrimiento que haya pasado si fue una enfermedad penosa y tercero la incertidumbre de saber si Dios lo había aceptado en su gloria. Pero si en los últimos días pudo conocer de Dios y aceptarlo en su corazón, estamos seguros de que partió con el Señor, y tenemos tranquilidad y regocijo en nuestros corazones.
A veces los seres humanos nos preocupamos más por las cosas materiales que por adquirir un lugar en el cielo y cuando estamos enfermos es cuando tomamos la decisión de buscar a Dios para que el haga milagro de la sanidad pero cuando recibimos el milagro nos olvidamos completamente de Dios. Pero no podemos permitir esto, sino darnos cuenta de que en este mundo estamos de paso y lo que más nos debe preocupar es obtener un lugar celestial.
La palabra dice en Mateo 6:33
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”
Esto quiere decir que debemos preocuparnos más por agradar a Dios y hacer su voluntad, que por agradar a los hombres. Desafortunadamente siempre nos preocupamos por adquirir las cosas materiales como: Vivienda, vestido, alimentación, diversión y comodidades y nos olvidamos que el proveedor de todos estos bienes es el Señor Jesús y que Él nos puede bendecir en el momento menos esperado si le buscamos y caminamos rectamente delante de sus ojos.
Dios nos quiere dar muchas bendiciones, abundancia, prosperidad y progreso. A pesar de esto sabemos que el mayor galardón que podemos alcanzar es nuestra salvación y la de toda nuestra familia. Sabemos que para lograrlo tenemos que cuidar nuestra relación con Dios, y no bajar la guardia, pues el enemigo está al acecho porque su función es hacernos tropezar.
Nuestra invitación es a perseverar hasta el final, a caminar tomados de la mano del Señor Jesús hasta el último segundo de nuestra vida para poder alcanzar nuestra salvación.
" Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo"
Mateo 24:13
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