DISCIPULAR EN AMOR Y PACIENCIA


Sean humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor


Efesios 4:2 


Discipular es muestra del amor que Cristo ha puesto en nosotros, por Él y por los demás. Sin embargo, muchas veces, en el camino perdemos el sentido de ese discipulado; perdemos esa unidad y ese amor. No obstante, en Efesios se nos muestra qué debemos hacer para volver a tener esa unidad.

El caminar delante de Dios y el discipular están marcados por la humildad, no por un deseo de defendernos o avanzar nuestra propia agenda. Muchas veces se nos olvida esta virtud y su significado. Discipular no es tarea fácil, pero es una tarea para los humildes, porque, aunque a veces no sea lo que nosotros pensamos, si somos humildes podemos ser felices y estar contentos, incluso cuando no tenemos el control ni dirigimos las cosas a nuestra manera.

Ahora bien, la paciencia también es esencial. Necesitamos esta virtud para que los errores inevitables que ocurren entre las personas de la familia de Dios no vayan en contra del propósito de Dios de reunir todas las cosas en Jesús. Esto, claro, debe ir junto con el amor.
¡NO SE NOS PUEDE OLVIDAR! El amor une y permite que podamos tener paciencia con los demás. Si no vemos con ojos de amor (aún más importante, con los ojos de amor de Dios), no vamos a poder tener un discipulado efectivo, porque vamos a ver solamente el error de la persona, no cómo podemos ayudarlo, sino como jueces en nuestra carne.

Una palabra clave es Colosenses 3:13-14:
Sopórtense unos a otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Sobre todo, revístanse de amor, que es el lazo de la perfecta unión.

No es solamente perdonar como Él nos perdonó; es tener el amor y la misericordia que Él tiene por nuestro prójimo.

Con amor,
Laura Velásquez Diaz.





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