LA URGENCIA DE SER ENVIADOS

 

Para mí es difícil iniciar este blog porque muchas veces sin darme cuenta, no he estado dispuesto a ser enviado por Dios. Precisamente hace dos años me resistí a ser enviado por El Señor porque sentía rabia hacia él, no me gustaba que me relacionaran con Jesús y muchos menos hablarle a alguien de él, pues yo no confiaba, ni tenía fe en él. Cuando mis papás me decían que por qué no predicaba de él o hablaba de él con mis amigos, me daba rabia pues yo decía ¿Cómo me pueden pedir que hable de alguien que no cumplió su promesa?, Eso pensaba en ese momento pues mi corazón estaba herido y marcado por el dolor.

Mi papá siempre me ha dicho que yo soy enviado por Dios a predicar su evangelio y salvar a muchas personas, personalmente yo me reía cuando me decía esto porque pensaba ¿Enviado? ¿Enviado a qué, si tengo rabia contra él? Hoy me arrepiento mucho de eso, pero en ese momento no pensaba en nada más que en mí y en lo que yo quería, no pensaba en nadie más, pues era muy egocéntrico. En el colegio, siempre fui muy amiguero y tenía cierta “fama” de chistoso y con las niñas era un poco “coqueto”. Hoy en grado 11 y a punto de terminar mi colegio, me pesa demasiado esa “fama”.

Actualmente hablo de Dios, pero muchos no me creen que voy a la iglesia, principalmente por errores que cometí antes porque no entendía que significa ser un enviado, pues hablaba desde la rabia y amargura que había en mi corazón. Aunque decía que amaba a mis padres, muchas veces no los valoraba y demostraba todo lo contrario, pues yo era un niño que solo pensaba en mí mismo, y aunque siempre decía que no necesitaba a Dios, era mentira porque en las noches cuando nadie me miraba, se me quitaba la sonrisa y lloraba porque me sentía solo, sin saber que siempre estaba acompañado, solo que yo mismo alejaba a los que me amaban. Me volví alguien mentiroso con todos y conmigo mismo, tenía una máscara y ni siquiera yo mismo sabía quién era.

Uno era el Mao que iba a la iglesia, otro el del colegio, y otro el de la casa, todo esto por no querer a Dios en mi vida, por no querer ser su siervo, ni que él me usará para traer la verdad al mundo. Acepto que fui un fraude, un niño que ante la iglesia no hacía nada malo, pero afuera era otra persona, no me importaba servir a nadie, ante las personas del mundo lo tenía todo, pero por dentro me sentía solo, con ira, amargura y mucha tristeza, por las noches lloraba sin que nadie lo supiera porque pensaba que tenía que ser fuerte, pero eso sin saberlo hería a mi papá porque me hacía ver alguien orgulloso hasta con mis padres.

Pero todo cambió por dos situaciones: A inicios del año pasado un compañero vino a mí a pedirme ayuda pues había consumido drogas , y si bien le dije que eso era malo y le recomendé no hacerlo y que nunca me ofreciera, nunca le di la mejor medicina la cual es Dios, pues pensé que en algún momento iba a dejar de hacerlo. Lamentablemente me equivoqué, pues un día él dejó de ir al colegio sin alguna explicación, a mí se me hizo raro, pero dejé el tema hasta ahí porque se me olvidó, hasta hace dos semanas que me enteré por parte de la mamá que mi compañero de colegio estaba en rehabilitación, pues al parecer no pudo salir de ahí y estuvo al borde de la muerte por una sobredosis. ¿Y si tan solo le hubiera hablado de Dios? ¿Qué hubiera pasado? Si bien a veces sentí culpa, Dios me dio calma, pues él tiene el control de todo.

También empecé a cambiar porque una noche en la que no podía dormir, abrí mi puerta lentamente y escuché en la habitación de mi papá que él estaba llorando y suplicando por mí, por su propio hijo, pues ese día habíamos discutido fuertemente y había decepcionado a mi papá por algo que hice, ese día él había llorado en frente mío y ahora estaba orando por mí. Ese día entendí que no estaba solo y que yo era amado por mi familia, a pesar de que era mal hijo. Ese día prometí que iba a ser mejor y que iba a meterme con Dios y ser utilizado por él, porque hay una urgencia gigante para llevar su palabra y su evangelio por el mundo.

No estoy diciendo que sea fácil dejarte usar por Dios, créeme, a mí me cuesta demasiado ser usado por él pues hay muchas cosas que no entiendo, pero las hago por obediencia y no por mí, es porque allá afuera hay muchas almas que arrebatarle al diablo y traerlos a una vida de salvación.

Con amor Maito Gaona.



Comentarios

  1. Wuaooo muchas gracias Maito por contar tan lindo testimonio , Dios siempre estará para nosotros , aún cuando no sintamos que está hay .

    ResponderBorrar
  2. Manito, gracias por su testimonio, nos inspira para no detenernos y seguir sirviendo al señor.

    ResponderBorrar
  3. Entender que Jesus nos llama en la etapa de la adolescencia es lo mejor que nos puede suceder, es la etapa más difícil para entregar nuestro corazón a Dios, pero cuando pasan los años te das cuenta que fue la mejor decisión. Gracias por tu testimonio, te animo a seguir no importando la prueba ni el desafío, Dios está contigo.
    Gracias!

    ResponderBorrar
  4. Q bonito blog devocional maito se q Dios te seguirá usando para llevarles un mensaje salvación a muchos chicos de tu edad y se q Dios obrará en ti de una manera sobrenatural tengo a mi hijo de 17 años y creo en las promesas de Dios para mi hijo al igual q lo hacen tus padres q son mis líderes Dios te guarde

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

CÓMO EL ESPÍRITU SANTO RESTAURÓ MI CORAZÓN