Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará.”

Salmo 37:5

Entregar es una palabra viva y la he podido identificar a lo largo de mi vida. Es muy corta, pero muchas veces aplicarla nos toma mucho tiempo porque tenemos el deseo humano de controlarlo todo y esto no nos permite entregar.

Hace unos 12 años yo era muy joven y pensaba en tener el control de todas mis decisiones y quería que todo fuera perfecto. Si yo tenía el control de las cosas me sentía más segura por qué pensaba que el control era lo más importante de mi vida, pero lo que realmente estaba haciendo era abriendo una puerta al orgullo, la autosuficiencia y realmente tenía temor a lo disco y la incertidumbre.

Pero llegó el hermoso día de conocer a Dios y la paz que él trajo a mi vida era algo sobrenatural, volví a tener sueños, a creer que lo imposible era posible estaba conociendo al Señor de una forma muy real y pude creer que podía caminar en otra realidad y ser una persona diferente. Conocí el verdadero amor de Dios y eso cambió toda mi vida

Un día mientras charlaba con mis amigas les conté que esperaba que algún día llegara a mi vida el príncipe azul, pero ellas se rieron diciendo que era una tonta ilusa, sin embargo yo guardé silencio porque tenía mi corazón firmemente fundamentado en Dios y todos los días durante mi oración y cada vez que iba a la iglesia oraba por ese hombre que Dios traería a mi vida. Pasó mucho tiempo, cambiaron muchas cosas en mi interior y yo entendí que era Dios preparándome para hacer realidad ese sueño en mi vida

Yo le preguntaba mucho a Dios cuándo conocería a ese hombre con el que había soñado y él me mostró que primero debería entregar todo de mí y esperar que el Señor obrara y pusiera cada cosa en su lugar. Pero también entendí que debería entregar mi voluntad lo cual no era nada fácil porque a nadie le gusta entregarlo todo sin saber qué va a pasar, y aunque tenía temor, Dios me dio la confianza y la fortaleza en el tiempo de espera.

Finalmente pude conocer al hombre que Dios formó para mí, descubrí que yo estaba en los pensamientos de Dios desde que nací, porque el Señor se tomó el tiempo de formarme y formar a ese hombre para que pudiéramos conocernos en el tiempo de Dios.

Antes de alcanzar mi sueño, me enamoré de Dios y disfruté cada etapa de mi vida y aún lo sigo haciendo. Entendí que cuando él te dice entrégame alguna cosa, es porque él cuida de ti. ¿Por qué piensas que Él olvidó lo que tú has orado?, Dios llega a tiempo, así que entrégale todo y en especial algo que te pide ahora, porque tú no cuidas de ti mejor que Dios.

Con mi esposo estamos haciendo un ejercicio, en un cuaderno estamos anotando diariamente cosas por las cuales estamos agradecidos y hemos podido recordar todas las bendiciones que Dios ha traído a nosotros y como Dios cuida de nosotros cuando le entregamos todo. 

Desarrolla una vida de gratitud y esto te enseñará a ver las circunstancias de una forma diferente, optimista y llena de esperanza.

 Con cariño, Laura Espinosa.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog