UN LIDERAZGO GUIADO POR DIOS
Un ejemplo claro de un liderazgo equivocado es el del rey Saúl. Fue ungido por Dios como rey de Israel, pero fue un hombre desobediente y ambicioso. A pesar de haber recibido una encomienda divina —acabar con Amalec, como lo indica Deuteronomio 25:19—, Saúl no obedeció completamente las instrucciones de Dios.
Como consecuencia de su desobediencia, fue atormentado por un espíritu. David, su siervo y quien eventualmente lo reemplazaría, fue testigo de cómo nuestras propias decisiones pueden alejarnos del camino de Dios. La libertad sin dirección divina puede llevarnos al caos. Aunque Saúl obtuvo múltiples victorias, no había temor de Dios en su corazón.
En su reinado, las leyes se torcían para beneficio propio. En 1 Samuel 8:6, vemos cómo el pueblo pidió un rey humano, rechazando a Dios como su rey. Samuel oró a Jehová, y Dios le respondió: “Oye”. El pueblo prefería un líder visible, porque quería establecer sus propias reglas.
Sin embargo, nuestra vida debe estar gobernada por Dios y en obediencia a su palabra . La ambición y la avaricia pueden llevarnos a querer gobernar sin dirección divina. Sujetarnos a un líder que se guía por sus propias ideas conduce a la equivocación absoluta y a vivir en esclavitud.
¿Qué rey gobierna tu vida? ¿El rey del “yo” o Dios?
Para que sea Dios quien gobierne nuestra vida, debemos consultarle en todo. Tener comunión diaria con Él nos lleva a conocer nuestro verdadero propósito. Cuando dejamos de buscar su guía, establecemos nuestra propia voluntad, olvidando que somos completamente dependientes del único Rey de todos los tiempos: Jehová de los ejércitos.
David fue preparado y ungido como rey porque fue fiel. Aunque Saúl era alto y de buen parecer, muchos no estuvieron de acuerdo con su elección. Con el tiempo, Saúl empezó a gobernar en sus propias fuerzas, olvidando que era Dios quien debía dirigir.
Amigo, las grandes decisiones guiadas por Dios nos llevan a una vida de propósito y éxito; pero las decisiones tomadas sin Él nos conducen al fracaso. No podemos menospreciar la guía del Señor. Estar en su presencia demuestra nuestra rendición total a Él.
El reinado de Saúl terminó en muerte, producto de su desobediencia. El profeta Samuel le advirtió que había perdido el favor de Dios.
Hoy lo invito a rendir su voluntad a Dios:
Entréguele cada día su vida, búsquelo con sinceridad y a diario , confíe en que Él tiene el mejor plan para usted. Sus caminos siempre serán más altos y mejores que los nuestros.
Gracias.
ResponderBorrarLa Obediencia me acerca al propósito de Dios. Gracias Alvaro.
ResponderBorrarAmén 🙏🙏
ResponderBorrarDios busca corazones obedientes para que hagamos su voluntad y no la nuestra.
ResponderBorrarAmén
ResponderBorrarCuando Dios gobierna nuestra vida hay paz.. gracias alvaro
ResponderBorrarAmén y amén
ResponderBorrarAmen
ResponderBorrarAmén gracias
ResponderBorrarAmén
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