FE Y SALUD MENTAL
El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le
atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová. Y los criados de Saúl le
dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te atormenta.
1ª. Samuel 16:14-23
Dios nos creó como seres tripartitos:
Espíritu, alma y cuerpo. Y para que en nuestra vida experimentos bienestar es
necesario que estas 3 áreas estén en sanidad y equilibrio.
Saúl, fue un hombre
llamado por Dios, ungido por Samuel y con un gran llamado, pero atormentado por
un espíritu malo. La definición del original del hebreo de un espíritu malo es
un espíritu dañino, aflictivo y perturbador que evidentemente traía sobre la
vida de Saúl turbación, angustia y desequilibrio emocional y mental. Y todo esto vino como consecuencia de haberse
alejado de Dios.
En la Biblia encontramos
varios hombres que vivieron sufrimientos emocionales o mentales: Saúl quien
inició con celos, ira descontrolada y terminó en suicidio. Elías que deseó
morirse y le dijo al Señor: quítame la vida, Job, Jonás, el endemoniado
gadareno, el muchacho lunático. En fin, son muchos los relatos bíblicos que nos
confirman que para Dios son importantes esas condiciones en nuestras vidas y
que Él no es indiferente a nuestra necesidad.
En esta época en que la
salud mental ha adquirido tanta importancia, en que sus cifras han aumentado de
una manera vertiginosa y que aún a cada situación mental y emocional les hemos
puesto nombres de enfermedades que se manejan con medicamentos neurológicos que
provocan dependencia, es reconfortante saber que El Señor quiere darnos
libertad y traer a nuestras vidas no solo sanidad física, sino emocional y
espiritual.
Quiero compartirte nuestra
experiencia con nuestro hijo, quien padeció una epilepsia refractaria de
difícil manejo y tuvo que ser sometido a una cirugía cerebral, lo que provocó
comportamientos de agresividad y crisis psicóticas, pero también nos llevó a
conocer a Dios como aquel que llama las cosas por su nombre y que con su
palabra puede traer libertad total a nuestras emociones y espíritu. La Biblia
llama muchacho lunático. La ciencia llama epilepsia. El Señor reprendió el
Espíritu, en cambio la ciencia lo medica y genera adicción con los
medicamentos.
Mi hijo nos golpeaba, mordía,
pateaba, rompía las cosas, arrancaba el cabello, literalmente había momentos en
que no sabíamos que hacer. Hasta que, en el año del jubileo, vino una profeta a
nuestra iglesia y ese año en la convención de enero, nos llevó a hacer una
serie de proclamaciones de la liberación que Dios traería a nuestras vidas
durante ese año. Una de las proclamaciones era: “Nos declaramos libres de toda
enfermedad física, mental y emocional por el poder de la sangre Cristo y
declaramos que resultado de ello experimentamos la paz de Dios que sobrepasa
todo entendimiento humano”. Así que durante todo un año diariamente confesamos
esa declaración creyendo que Dios estaba obrando sobre la vida de nuestro hijo
y el resultado efectivamente fue ese: la paz de Dios vino sobre él y sobre
nosotros.
Si estás experimentando
problemas emocionales y mentales y lo has ensayado todo, quizá sea tiempo de
volverte a las promesas de Dios para tu vida y con fe experimentar un milagro
sobrenatural.
Con amor, Stella Novoa.
Así es gran testimonio
ResponderBorrarDios es poderoso para hacer todo posible. La proclamación de su palabra trae vida
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