Hazlo con amor y con compasión


 

S. Mateo 9:36 RVR1960

“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.”

¡Hola, querido lector! Qué privilegio que hoy puedas leer este blog conmigo.

Cuando iniciamos nuestra vida en Cristo, a menudo creemos que inmediatamente tendremos un corazón compasivo. ¿Crees que esto te pasó a ti? ¿O piensas que tal vez ya tenías un corazón compasivo antes?

En mi experiencia, no fue así, ni antes ni después. De hecho, pasó mucho, mucho tiempo. Yo pensaba que tener compasión era ver a una persona en una situación de vulnerabilidad, apoyarla y creerla capaz de salir de allí. Pero la compasión es mucho más que empatía; Es ser sensible a la voz de Dios, poder ver a través de Sus ojos el corazón y la necesidad de otra persona.

Jesús fue el ser más compasivo. Él no tuvo compasión con todos de la misma manera, porque Él miró más allá; miró el corazón de cada uno en ese momento y, según Su corazón, tuvo compasión.

A los pocos años de convertirme en cristiana, conocí a una persona en el ministerio. Este hombre llegó y asistió a un encuentro. Por lo general, cuando alguien nuevo va a un encuentro, uno se entera de su pasado y empieza a ver el cambio. A partir de ahí, uno lo conoce en su parte transformada en Cristo. Aunque yo no lo había conocido en su “antigua naturaleza”, sabía quién había sido como persona. Empecé a juzgarlo y lo miré durante varios meses con otros ojos. No podía creer que Dios lo hubiera transformado y que fuera la persona que era ahora. La verdad, fui incrédula en ese momento.

Así pasaron varios meses, hasta que un día Dios se me reveló y entendí que tenía que orar para poder ver a este hombre con los ojos que Dios lo veía, no con los míos. Yo lo miraba con ojos que señalaban y todo me incomodaba de esa persona. No le quería dirigir la palabra. Pero ahí, solo ahí, cuando reconocí que en mí había un mal corazón y poca compasión, entendí que tenía que orar y clamar para poder ver el corazón de esta persona, no con mis ojos naturales, sino ver lo que Dios había visto en él.

Hazlo con amor y con compasión, este es el título de este blog y hoy te quiero dejar con esta experiencia porque entendí que tener compasión es orar y ver la necesidad y las intenciones del corazón que solo pueden ser reveladas por el Señor.

Para terminar de contarles, hoy admiro y respeto a ese hombre, lo llevo en mi corazón con un gran sentimiento de amistad. Reconozco lo que Dios hizo en él, pero sobre todo reconozco que Dios lo usó a él, para cambiar mi corazón y darme una lección y corazón más compasivo.

Gracias por leer.

Oremos:

Padre, en Jeremías 17:9 dices: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas”. Solo tú conoces nuestros corazones y las verdaderas intenciones. Amado Padre, danos la oportunidad de ensanchar nuestro corazón con amor y compasión; En el nombre de Jesús, amén.


Con cariño Alejandra Castillo 



Comentarios

  1. amén y amén, la compasión se forma a través de nuestra relación con Jesús. El es quien cambia nuestro corazón. por ello es necesario pedírsela.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

CÓMO EL ESPÍRITU SANTO RESTAURÓ MI CORAZÓN