HAZLO CON GENTILEZA Y RESPETO
1 Pedro 3:15NVI
Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto.
Siempre que tengo la oportunidad, comparto este versículo con quienes están iniciando su camino en la vida cristiana. Les digo que lo más "fácil" —aunque no es verdaderamente fácil— es dar el primer paso: asistir a la iglesia, pasar al frente, y recibir a Jesús en el corazón. Pero el verdadero desafío comienza después de esa decisión.
Muchos quisiéramos que, tras ese momento, todo cambiara de forma mágica. Sin embargo, una nueva naturaleza requiere una transformación profunda en nuestra manera de pensar y actuar. Es darnos cuenta de que nuestra vida anterior estaba en desorden, y tomar la decisión consciente de cambiar nuestros hábitos, nuestra manera de hablar, e incluso nuestra forma de ser. Todo con el propósito de parecernos más a Dios y vivir conforme a su voluntad.
Este proceso cuesta. Pero cuando realmente entendemos que nuestra vieja naturaleza no producía nada bueno en nuestras vidas, comenzamos a ver el pecado de forma distinta. Ya no nos agrada. Incluso si caemos, ya no nos produce la satisfacción que antes sentíamos. Al contrario, nos duele. Porque esa naturaleza que antes se deleitaba en el pecado ahora se encuentra plena en vivir para Cristo y en buscar parecernos más a Él cada día.
En lo personal, confieso que lo más difícil para mí ha sido la transformación de mi carácter. Tuve mi primer encuentro con Jesús siendo apenas una niña de 14 años. Dejar ciertos hábitos fue fácil: decir malas palabras, alejarme de malas amistades... incluso nunca tuve problemas con vicios, alcohol o fiestas. Pero transformar mi manera de ser, mi personalidad, fue otra historia. Ha sido todo un proceso.
Con el tiempo entendí que ser cristiano es mucho más que hablar bonito o cambiar la forma de vestir. La verdadera transformación comienza en el corazón. Hay que dejar la religiosidad a un lado y clamar por el fruto del Espíritu Santo. Cuando Él está presente en tu vida, su fruto se manifiesta naturalmente en todas las áreas. Nadie se convierte en una buena persona solo por desearlo con fuerza; eso fluye desde adentro, como resultado de una relación genuina con Dios.
Imitar a Jesús de forma superficial es fácil: decir “aleluya” o “amén” muchas veces, usar un lenguaje cristiano, aparentar espiritualidad. Pero amar como Él ama, pensar como Él piensa, responder como Él respondería… eso requiere tiempo, intimidad, y caminar con Él día a día. Incluso aprender a callar, a pasar por alto palabras que te hieren, no es algo que se logre en un taller de coaching. Es fruto de una amistad profunda con Jesús. Así como con un mejor amigo, que con el tiempo terminamos hablando como él y adoptando sus costumbres, así debe ser nuestra relación con Cristo.
Oración. Señor Jesús hoy reconozco que aun me cuesta parecerme a ti por favor ayúdame a cada dia aprender de ti a conocerte y imitarte , anhelo un cambio genuino en mi vida y se que solo tu lo puedes hacer, te entrego mi vida por completo y rindo mi vida a tus pies para que la transformes.
“NO NECESITAS GANAR DISCUSIONES, SINO ABRIR PUERTAS AL CORAZON. LA FORMA AMOROSA Y RESPETUOSA DERRITE EL HIELO MAS RAPIDO QUE CUALQUIER ARGUMENTO”
Con cariño anita mirith

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