Predicar con mansedumbre y respeto
Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto. (NVI)
1 Pedro 3:15
Cuando leí este versículo sentí que Dios me estaba hablando a mí. Me recordó que no basta con saber lo que dice la Biblia o tener los argumentos correctos, sino que lo importante también es la manera en la que hablo. Muchas veces he querido compartir mi fe con otros, pero me doy cuenta de que la forma en la que lo digo puede abrir el corazón de una persona o cerrarlo.
Este pasaje me enseña que no se trata solo de lo que digo, sino de cómo lo digo. Puedo hablar con mucha seguridad, pero si lo hago con un tono duro o sin respeto, la persona puede sentirse herida y rechazar el mensaje. Al final, hablar de Jesús no se trata de ganar una discusión, sino de mostrar Su amor a través de mis palabras y mi vida.
Jesús es el mejor ejemplo de esto. Él, siendo el Hijo de Dios, nunca trató a la gente con orgullo ni con prepotencia. Siempre habló con gracia, paciencia y ternura. Incluso cuando corregía, lo hacía con amor, buscando restaurar y no condenar. Eso me hace pensar que necesito dejar que el Espíritu Santo me cambie por dentro, para que mis palabras no salgan desde mis emociones, sino desde el amor que Cristo ha puesto en mí.
Hablar con mansedumbre no significa quedarse callado o ser débil, sino tener la fuerza de controlar mis reacciones y hablar con calma y respeto. También significa entender que no soy yo quien cambia a las personas, sino Dios. Yo solo puedo sembrar con amor y paciencia, y confiar en que Él es quien toca el corazón.
Por eso hoy quiero comprometerme a cuidar mi manera de hablar. Quiero que cuando alguien me escuche hablar de mi fe, pueda sentir a Jesús en mis palabras. Deseo que la gente no se sienta juzgada ni rechazada, sino amada y escuchada. Porque un tono amable y respetuoso no pone obstáculos, sino que abre caminos para que otros
conozcan a Cristo. Yo anhelo ser alguien que derribe muros y construya puentes hacia Jesús.
Oración:
Señor, gracias por recordarme que no solo importa lo que digo, sino también cómo lo digo. Ayúdame a hablar con humildad, amor y respeto. Que mis palabras no lastimen, sino que animen. Que mi manera de hablar no aleje, sino que acerque. Hazme un reflejo de Tu amor en cada conversación y enséñame a ser un puente que lleve a otros hacia Ti. Amen.
Att: Maria Paz Jaimes
Gracias María Paz, siempre hay una mejor manera de decir la verdad, confrontando sin herir o predisponer a las personas, el que redarguye es el Espíritu Santo, mis palabras aunque sean bíblicas pueden alejar y prevenir. Dios nos de su carácter y templanza para no callar, pero siempre motivar e impulsar a conocer más de Dios. 🩸🕊♥️
ResponderBorrarEn el poder de nuestra boca está la vida y la muerte
ResponderBorraramén, que lindo mensaje. Que el Señor sea poniendo las palabras correctas, llenas de amor y sabiduría para que a través de ellas podamos mostrar quien es Dios.
ResponderBorrar