CUIDANDO
EL TEMPLO DE DIOS
Hace un tiempo, una mujer heredó un hermoso jardín que su abuelo había cuidado con amor durante años. Tenía flores de todos los colores, árboles frutales y un pequeño estanque con agua cristalina. Al principio, ella prometió mantenerlo igual, pero con el paso de los meses, empezó a descuidarlo. Dejó de regar las plantas, no quitaba las hojas secas y permitió que las malas hierbas crecieran. Un día, cuando decidió volver a visitarlo, casi no reconocía aquel lugar. El jardín estaba seco, lleno de espinas y sin vida. Ella lloró al recordar lo hermoso que había sido y comprendió que la belleza no se pierde de golpe… se apaga poco a poco cuando la dejamos de cuidar.
¿No
saben que ustedes son templo del Espíritu Santo, y que el Espíritu de Dios
habita en ustedes? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a
él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
1 Corintios 3:16
Al igual
que este Jardín así pasa con nosotros, al tener un genuino encuentro con Dios y
pertenecerle, nos entregó un templo precioso, nuestro cuerpo, mente y corazón,
para que lo mantengamos limpio, fuerte y lleno de vida. Pero muchas veces lo
descuidamos no solamente con lo que comemos, sino también por lo que pensamos o
sentimos; dejamos que el cansancio, la ira, los malos hábitos, la falta de
perdón y otros factores crezcan como maleza, dañando así el templo que Dios nos
ha regalado.
Cuidar el templo del Espíritu es guardar el corazón de pensamientos que apagan la llama, de comparaciones que roban la paz, y de voces que no vienen de Dios. No debemos permitir que nuestro corazón se enfríe con estos argumentos que lo que hacen es sacarnos del propósito.
En este la Biblia podemos ver como Pablo insta a que cada uno de nosotros nos evaluemos en dos aspectos, el primero entendiendo que nosotros como individuos somos el templo del Espíritu Santo ya que en nosotros habita y por ello nos llama a la santidad y a tener vidas integras dejando atrás la vieja naturaleza. El segundo aspecto es como colectividad haciéndonos entender que al ser parte del cuerpo de Cristo somos una unidad de su templo y que por ello debemos evitar las peleas, comparaciones, disensiones entre hermanos de la fe, enfocándonos en la edificación del reino de Dios y no en nuestras propias necesidades o logros.
Por ello
hoy la invitación es a cuidar el templo que el Señor nos regaló, al darnos una
nueva vida en Cristo nos entregó un jardín que debemos labrar, cuidar, proteger
y abonar para que dé muchos frutos dignos de su llamado, no solo los evidentes
al ojo humano, sino en especial en nuestro carácter.
Oración: En este día Señor, queremos pedirte perdón si no hemos sido lo suficientemente diligentes al cuidado del templo que nos has entregado, ayúdanos a erradicar de nuestras vidas todo aquello que no te agrada, nuestros malos hábitos, malos pensamientos y sentimientos que nos alejan de nuestro propósito, y llénanos de tu naturaleza para poder crecer como miembros del cuerpo de Cristo y hacer crecer tu obra. ¡¡¡Amén!!!

El Espíritu Santo, la Cruz y una vida devocional son fundamentales en este propósito de cuidar el Templo. Gracias y amén. 🙏
ResponderBorrarEfesios 5:10
ResponderBorrar[Averigüen bien lo que agrada al Señor.