SANTIDAD, MUCHO MÁS DE LO QUE PENSABA
Durante este tiempo de retos, desafíos y muchas cosas, he meditado en cual
ha sido la diferencia para comenzar a experimentar la conquista en varias áreas
de mi vida, y he resumido todo a ser intencional en una cosa, vivir en Santidad,
puedo decir que eso ha cambiado mi vida y la forma en la que asumo cada cosa.
He logrado comprender que la Santidad me ha abierto muchas más puertas que
hacer las cosas en mis fuerzas, en un corto tiempo he visto como el Señor ha
respaldado cada desafío y eso me ha permitido ver su mano poderosa.
Otra cosa que he aprendido es que vivir en Santidad no significa dejar de
disfrutar la vida, sino que por el contrario es aprender a contemplar a Dios,
su propósito y estar seguros de su plan, eso me ha dado mayor satisfacción,
siento que en este tiempo he podido conquistar de una forma mucho más fácil y
sencilla, solamente porque he estado viviendo en Santidad.
Así mismo, siento que la Santidad ha despejado mi mente, me ha hecho más
sensible a Dios, ahora no la quiero dejar, porque sé que eso me aleja de Dios,
y quiero estar cerca de él. Ya no ayuno como antes, ya no oro como antes, ya no
conquisto como antes, he encontrado que en la Santidad puedo ministrar a las
personas aún más, y no bajo esa idea vana y trivial de que tengo “mucha unción” o “destaco” o “mi
oratoria es buena”, ¡no!, sino porque las personas pueden sentir un poco más a
Dios a través de mí, porque yo estoy un poco más cerca de él a través de la
Santidad, y eso me motiva a estar más cerca de él. En días pasados meditaba
eso, pues quiero estar más cerca de Dios para poder ministrar aún más a las
personas, y entendí que no es por mi solamente, sino que la Santidad que yo
vivo también bendice a otras personas.
Dicho lo anterior, esto podría ser lo que he aprendido en este tiempo; ser
más intencional en vivir en santidad y guardarla, guardarla mucho, no permitir
contaminarme para no afectar mi relación con Dios, porque eso no solamente me
afecta a mí, sino que afecta a mis discípulos y a quienes puedo llegar a
ministrar.
Que gran tesoro es la santidad y no lo había visto.
Por último, quiero recordarte que la santidad viene exclusivamente de Dios
y que en la medida que nos acercamos más a él, él nos santifica. También
tenemos que aprender a escuchar su voz todo el día para hacer las cosas
correctas y alejarnos de lo que le ofende y le lastima.
Con amor, Felipe Mercado.

Porque sin santidad nadie puede mirar a Dios !!
ResponderBorrarAmén y amén
ResponderBorraramén, tremenda reflexión, solo podemos experimentar la santidad cuando la vivimos a través de Dios.
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