![Imagen](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-2Wq2I-d_e0N8RTszicdzBwTO768zCcpG3pbd9M8JG5itW6_R7wPuP1zPW1vq-69r6fKzug0gWJlrdghx5WP4Fnz0gofcT1b0QxqbWRMrsBwGH4HMY3ifYkcEh_w-mX9Fc5IPAGItyDU/s320/WhatsApp+Image+2021-04-30+at+10.42.47+PM.jpeg)
ISAIAS 12 :3, “ Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación” Un día le pregunté a Dios: Padre amado, después de más de 10 años contigo, después de ese día especial que fue mi encuentro ¿Por qué me va mal? ¿por qué te pido y no obtengo? Si tú eres el Dueño del oro y la plata y además dices que yo soy tu hijo. Por muchos años esa era mi oración y no veía respuesta. Tuve muchas consejerías con mis líderes, pero no lograba un cambio profundo en mí. Fue después de la llegada de los Pastores Rey a nuestro ministerio y a través de sus enseñanzas y motivación, que entendí que lo que me hacía falta era determinación a escuchar la voz de Dios a diario. Al principio no fue fácil, pero puse mi mirada en Dios. Un día durante una predicación del Pastor Alejandro Rey, me marcó una frase que dijo: “ Cada vez que te conectas con Dios, aprendes muchas cosas y entonces entiendes que él es la fuente de vida. Hermano, no te pierdas de nada, participa en todo lo que provenga de Dio